| Así que la salvación aquí corre la inundación | 
| Aquí muere el amor | 
| El estandarte de los no concedidos | 
| Y nuestros días más oscuros | 
| Los sentimientos que fueron forzados | 
| Por miedo sin una gota de remordimiento | 
| Ahora que el dolor se libera | 
| Con sellos y signos crípticos | 
| Corriendo sobre corazones miserables y secos | 
| Cuando las plumas empiezan a caer | 
| Con una voz como el cristal | 
| Nacido para entablillar y destrozar | 
| El toque de la luz del sol | 
| Como la plaga del cielo, el nacimiento del negro | 
| Con halos colgados de ira y decadencia | 
| El más lejano de la fe, el Jinete de Plagas | 
| Nuestras manos se han vuelto finas de piel | 
| Tamizado directo al hueso | 
| Desnudo y roto como esperan los inventores | 
| Invisible por el creído | 
| No creído por todos los que ven | 
| Así que cuando te conviertes en cada sueño aborrecido | 
| Un ser tan amargo que no vale el peso del hielo en sus palabras | 
| Con una voz como el cristal | 
| Nacido para entablillar y destrozar | 
| El toque de la luz del sol | 
| Como la plaga del cielo, el nacimiento del negro | 
| Con halos colgados de ira y decadencia | 
| El más lejano de la fe, el Jinete de Plagas | 
| Con una voz como el cristal | 
| Nacido para entablillar y nacido para destrozar | 
| El toque de la luz del sol | 
| Como la plaga del cielo, el nacimiento del negro | 
| Con halos colgados de ira y decadencia | 
| El más lejano de la fe, el Jinete de Plagas |