| No soy nada, no soy nada, no soy incesantemente
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| no del sol;  | 
| ni la luna, ni de las estrellas… inconmensurablemente
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| Ni sin mí, ni dentro de mí, nada ve… interiormente
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| No dormiré, no despertaré, no descansaré… impacientemente
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| ¡Oh Pralaya!  | 
| Que se dispersen los mil soles
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| Libéranos, libéranos, libéranos de las cadenas del universo
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| Despertar nuestras mentes del sueño y levantar la cabeza con desprecio
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| Porque cuando Él camina nos levantamos y no dormiremos más
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| De todo corazón te maldigo a quien tanto amo
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| Tu maldición enfática, cómo tengo hambre de su toque
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| Me inclino ante tu altar, el páramo de mi alma
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| Porque abundaré en placer y ocultaré mi objetivo
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| De los muchos surge el Uno
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| Para desperdiciar el todo y volver al Ninguno
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| Llamo tu nombre: Diablo de las mil caras
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| ¡Punto ardiente!  | 
| Oh interminable disyunción
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| Gran y prístino proveedor
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| De la nada y la muerte
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| Oh, cómo aúllan ahora los lobos
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| Abogan por violación y muerte sombría
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| Y convirtiéndome en ellos dejé mi cuerpo
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| En los ojos atormentados por la sangre de la noche
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| Solo un cobarde se para a la luz del sol
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| En las orillas de los arroyos prohibidos de Dios
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| Así que extiende tus alas, oh Samael
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| Y oscurecer el sueño de este mendigo
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| Y haz que se deslice por el río
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| Como hizo la serpiente a través del árbol
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| Él preparó una puerta para todos nosotros
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| Y esperamos la clave final
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| ¡Sean bendecidos!
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| De las ramas del árbol de la muerte
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| La fruta finalmente está cayendo
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| Y el Cosechador es gratis
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| ¡Oh Pralaya!  | 
| Que se dispersen los mil soles
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| Libéranos, libéranos, libéranos de las cadenas del universo
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| Y no más progresión y no más duración
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| Ahora haz que el reloj se rompa y los cielos clamen por tiempo
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| …la nada y la muerte! |