| Bueno, me desperté una mañana,
|
| Te encontré mirándome,
|
| Dijiste «Tomaré mi parte ahora, padre por favor»,
|
| Y tomaste tu dinero,
|
| y te despediste,
|
| Perforaste mi corazón y me diste la espalda…
|
| Y golpeas la ciudad,
|
| Y le das duro a la botella,
|
| Corres en tus autos lujosos y gastas todo tu dinero,
|
| En burdeles, camas y bares,
|
| Antes de que te des cuenta, tus tiempos rotos se vuelven difíciles...
|
| Todavía estoy aquí esperando,
|
| Con los ojos fijos en el camino,
|
| Y lucho por contener las lágrimas y me pregunto,
|
| Si alguna vez vuelves a casa,
|
| No sabes hijo que te amo,
|
| Y no me importa dónde has estado,
|
| Así que por favor ven a casa.
|
| Y ahora has tocado fondo,
|
| Todas esas puertas abiertas se han cerrado,
|
| Y tu estómago hambriento está atado en nudos,
|
| Pero sé lo que estás pensando,
|
| Que me preocupaste lo suficiente,
|
| Nada podrá jamás separarte de mi amor...
|
| Todavía estoy aquí esperando,
|
| Con los ojos fijos en el camino,
|
| Y lucho por contener las lágrimas y me pregunto,
|
| Si alguna vez vuelves a casa,
|
| No sabes hijo que te amo,
|
| Y no me importa dónde has estado,
|
| Sí, y estaré aquí esperando,
|
| Hasta que vengas por la curva,
|
| Y corro hacia ti y te abrazo,
|
| No lo dejaré ir de nuevo,
|
| Así que por favor ven a casa,
|
| Por favor ven a casa…
|
| ¿No sabes hijo que te amo?
|
| Y no me importa dónde has estado,
|
| Así que por favor ven a casa |