| entré cuando salía el sol
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| Ella me miró por encima de su taza de café.
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| Ella dijo: "¿Dónde has estado?"
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| Así que pensé mucho y dije
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| «Me quedé dormido en esa hamaca del patio»
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| Ella dijo: «No lo sabes, chico, pero lo arruinaste»
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| Y yo dije: «Bueno, esa es mi historia y me apegaré a ella»
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| esa es mi historia
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| Oh, esa es mi historia
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| Bueno, no tengo un testigo, y no puedo probarlo.
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| Pero esa es mi historia y me apegaré a ella
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| Tengo esa mirada de venado en el faro
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| Ella leyó mi cara como la portada de un libro y dijo
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| «No esperes que me crea toda esa estática
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| Porque la semana pasada tiré esa hamaca en el ático»
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| Mi piel se volvió tan delgada que podías ver a través de ella
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| Y tartamudeé: «Bueno, esa es mi historia y me apegaré a ella».
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| esa es mi historia
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| bueno esa es mi historia
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| No tengo un testigo, y no puedo probarlo
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| Pero esa es mi historia y me apegaré a ella
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| Sabes que llega el momento en que un hombre sabio sabe
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| Lo mejor que puede hacer es mirarla a los ojos.
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| Y suplicar misericordia y enfrentar la amarga verdad
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| Bueno, cariño, los chicos y yo jugamos a las cartas toda la noche.
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| No había ningún pañuelo, ni una mujer a la vista
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| Sé que debería llamar, y cariño, lo siento mucho
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| Pero consigue un teléfono móvil y luego no tendrás que preocuparte
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| Sabes cuánto te amo, cariño, y estoy listo para demostrártelo.
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| Y esa es mi historia y me apegaré a ella
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| esa es mi historia
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| Oh, esa es mi historia
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| Bueno, no tengo un testigo y ya sabes que no puedo probarlo
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| Pero esa es mi historia y me apegaré a ella
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| Sabes que no voy a hacer nada, cariño, a menos que lo apruebes
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| Y esa es mi historia y me apegaré a ella |