| Martha se sienta junto al teléfono,
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| esperando que alguien llame, ella está sola otra vez,
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| ella tiene tanto de lo que puede hablar,
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| y habrá chismes sobre los que ella podrá hablar de nuevo...
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| ¿Te tropezaste a casa borracho y ruidoso?
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| a una habitación vacía sin nadie esperando allí,
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| es tu vida una nube negra y rota,
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| entonces Marta se alimentará de tu desesperación.
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| Mira el movimiento de la cortina, ella te mira,
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| escuchando a través de las paredes rotas y los pisos podridos,
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| no cometas un desliz, Martha te atrapa,
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| escondiéndose en los rellanos y asomándose por las puertas...
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| ¿Te divertiste y reíste y cantaste,
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| entonces Marta desaprobará y sacudirá la cabeza,
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| no importa lo que traiga el día por delante,
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| Martha circulará cada palabra que dijiste.
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| Como el buitre Martha vuela alto,
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| esperando para abalanzarse sobre tus sueños destrozados,
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| su sonrisa torcida y su cabeza asintiendo,
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| disfrazar su mundo demacrado de mentiras y esquemas...
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| ¿Quién fue el que tomó el corazón de una jovencita,
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| y la marcó, y quemó su mente,
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| quien fue el que le destrozo la vida,
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| y lo dejó para que las ratas lo encontraran...
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| Martha se sienta junto al teléfono,
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| esperando que alguien llame, ella está sola otra vez,
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| ella tiene tanto de lo que puede hablar,
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| y habrá cotilleos sobre los que ella podrá hablar de nuevo. |