Un espectáculo morboso de la fachada de nuestro Rey
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Arrodillado ante el señor, apretó en la mano la joya
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«Soma es la lágrima de Agni»
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Las cámaras sinuosas, un retrato de la realeza
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Profundización del secreto, desdoblamiento del enigma
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Extendiéndose mucho más allá del amanecer místico
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Oh encantador de los vientos de febrero
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Habló lenguas de sangre azul con rica entronización
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Se texturizó una trilogía lírica
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Tejido a través de las edades, máscaras de jade que adornan
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Grandilocuencia de un imperio terrenal evocado
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Tu una vez real emperador desterrado para siempre
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Levántate, oh señora de los descensos fortuitos
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Una reina espléndida que los dioses no se atrevieron a nombrar
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Cortinas tan grandes, adornadas y enjoyadas
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Las deidades se levantaron y fueron recibidas con vergüenza.
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En su carne estaban codificados secretos tan oscuros
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Allí estaba el templo de piedra tan frío
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cavernas sin pilares cortadas profundamente en el monte
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Fabricado por albañiles en reverencia a los reyes.
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Donde los reyes se inclinaron para adorar a los dioses
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Donde los dioses eligieron a los reyes
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Y a ellos impartió sus secretos raros
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Sobre la piedra barroca cayeron pasos
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Sus sombras alargadas por la llama ardiente
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Voces huecas recitan de las escrituras de antaño
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Encendiendo en llamas alguna intención grandiosa conservada durante mucho tiempo
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Los Reyes Magos desnudaron sus palmas
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Y con hoja sagrada cortada profundamente en
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La carne del hombre, la carne de Dios
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a la mente del hombre para que muchos conozcan la sabiduría no
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Conpendio de rituales, códice textual
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Iniciación a través de la tortura, la cruz no tiene nombre
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La unión del Sol y la Luna
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El congreso del Rey y la Reina
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Semidioses del Yuga
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Gira tus redes cíclicas
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Semidioses del Yuga
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Gira tus redes cíclicas
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Aquellos a quienes la Reina adoró en vano
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Quien alguna vez rogó saber su palabra
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¿Ha reclamado la oscuridad un corazón tan negro
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Recibido en pecado, ungido
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Tu reino nunca vendrá
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La condenación merecida será para ti
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Entrar con júbilo santuario simbólico
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El sacerdocio del poderoso Sol
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Realeza a ser...
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Monjes decrépitos cantan un bramido hueco
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De tonos que los mortales no seguirán
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Cuerdas de arpa y ritmos superficiales
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Inquietud, ningún consuelo traerá
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deseo desenfrenado, un rey empañado
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Un rey este hombre digno de no ser
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Se buscó el destronamiento
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Cenizas hambrientas, luna extinguida
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Los vientos llevaron estaciones estancadas
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Un verano sin sol, un invierno sin viento
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La agitación impregnó el prana El logos sagrado corrompió
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Los videntes no derramaron una lágrima, solo sangre dorada se derramó
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Porque las visiones abundaban, incluso más allá de los oráculos de cristal.
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La pestilencia psíquica ahora se extiende
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Adorna al nuevo Rey
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Porque lo viejo está muerto
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La condenación merecida será para vosotros… |