| Cuando, cambiando, tiempos
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| Traen carneros a la brocheta,
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| ¿No estamos glorificando los nombres
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| ¿Sus próximos tiranos?
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| Deshacerse de las uñas
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| El alma canta desde crucifijos musicales:
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| "Cuanta más gente conozco,
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| Cuanto más amo a los animales!”
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| A veces, olvidando el lenguaje humano
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| Y sin hacer caso del pacto,
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| ¿No estamos con nuestra propia mano?
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| ¿Vamos a desatar un frenesí?
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| Pelea de ideas enfrentadas
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| Y el murmullo de las bocas que bostezan...
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| Cuanta más gente conozco
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| Cuanto más amo a los animales!
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| cuando, al calor de tus victorias,
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| Aterrador con forma animal,
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| La multitud quiere escuchar tonterías.
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| otro loro,
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| no quiero seguirla...
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| Me voy con el alma para la eternidad...
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| Cuanta más gente conozco
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| Cuanto menos creo en la humanidad.
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| Soy el León de la tierra misteriosa
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| Gente con ojos tristes
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| Donde, viendo la pelea de lado,
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| Los seis fingen ser ases.
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| Y me paso la suerte más de una vez,
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| Pero sabía que había otra manera.
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| Cuanto más sé sobre nosotros
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| ¡Cuanto más entiendo a Dios!
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| Recorriendo el rosario de los años,
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| Tomé lecciones de la naturaleza.
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| Causa de nuestros problemas eternos
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| Veo nuestros propios vicios.
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| Enseñado desde la infancia a ser amable,
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| Pero, por desgracia, no seremos más amables ...
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| Cuanto más conozco a los animales
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| Cuanto menos confío en la gente... |