| Mira mis ojos rotos, donde la risa y el dolor chocan.
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| Dispersos están los pedazos que el tiempo olvidó.
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| Mira las paredes de espejo agrietadas, la niebla esmeralda fluyendo por los pasillos.
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| Piezas rotas de un rompecabezas olvidado.
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| Siente el estremecimiento de mi cuarto, bienvenido a mi tumba más humilde.
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| Recuesta tu cabeza sobre la almohada de terciopelo carmesí.
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| Relájate mientras te cuento un cuento cuando reinaba la locura y prevalecía la locura.
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| Dedos de uñas largas se deslizan por el cabello sedoso.
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| Nuestras lenguas venenosas ahora bailan, mojadas con licores fascinantes.
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| Nos ahogamos en un éxtasis ardiente, pero tú buscas algo más que esto.
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| Esta noche se romperá otro espejo.
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| Mis promesas también rotas, ¿creíste lo que he dicho?
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| Los ecos astillarán tu mente como lo hicieron con la mía.
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| Prepara mi amor, para la boda nocturna. |
| tumba azul.
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| Recuesta tu cabeza sobre la almohada de terciopelo carmesí.
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| Relájate mientras te cuento un cuento cuando reinaba la locura y prevalecía la locura.
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| Dedos de uñas largas se deslizan por el cabello sedoso.
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| Nuestras lenguas venenosas ahora bailan, mojadas con licores fascinantes.
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| Nos ahogamos en éxtasis ardiente, pero
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| buscas algo más que esto.
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| Esta noche se romperá otro espejo.
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| Mis promesas también rotas, ¿creíste lo que he dicho?
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| Los ecos astillarán tu mente como lo hicieron con la mía.
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| Prepara mi amor, para la boda nocturna.
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| (Solo: Aphazel)
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| Mira mis ojos rotos donde se levanta un amor trastornado, para saludar a tu enamorado
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| carne.
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| Alucinando como chamanes no muertos,
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| Sientes el aguijón entusiasta de la primera muerte y te derrumbas en brazos solitarios.
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| Mira ahora con ojos penetrantes de noche, no del todo rotos, pero el tiempo remediará.
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| Lame mis labios empapados de sangre una vez más, saborea la mancha de la locura maravillosa.
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| Los gritos constantes en tu mente te vuelven loco.
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| Sí, querida, yo también puedo oírlo.
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| Las respuestas que buscas se encuentran en el reflejo.
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| Quédate quieto, deja que las imágenes te acaricien, aquí todo está patas arriba.
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| Cacareando como hienas no muertas, sientes la bofetada alucinante de la demencia y
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| colapsar en
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| brazos encantados. |
| santa muerte y colapsar en brazos solitarios. |