Información de la canción En esta página puedes encontrar la letra de la canción The Lamia, artista - Genesis.
Fecha de emisión: 17.11.1974
Idioma de la canción: inglés
The Lamia(original) |
The scent grows richer; |
he knows he must be near |
He finds a long passageway lit by chandelier |
Each step he takes, the perfumes change |
From familiar fragrance to flavours strange |
A magnificent chamber meets his eye |
Inside, a long rose-water pool is shrouded by fine mist |
Stepping in the moist silence |
With a warm breeze he’s gently kissed |
Thinking he is quite alone |
He enters the room as if it were his own |
But ripples on the sweet pink water reveal some company unthought of |
Rael stands astonished doubting his sight |
Struck by beauty, gripped in fright |
Three vermilion snakes of female face |
The smallest motion, filled with grace |
Muted melodies fill the echoing hall |
But there is no sign of warning in the siren’s call |
«Rael, welcome! |
We are the Lamia of the pool |
We have been waiting for our waters to bring you cool» |
Putting fear beside him |
He trusts in beauty blind |
He slips into the nectar |
Leaving his shredded clothes behind |
With their tongues, they test-taste and judge |
All that is mine |
They move in a series of caresses that glide up and down my spine |
As they nibble the fruit of my flesh |
I feel no pain |
Only a magic that a name would stain |
With the first drop of my blood in their veins |
Their faces are convulsed in mortal pains |
The fairest cries, «We all have loved you, Rael» |
Each empty snake-like body floats |
Silent sorrow in empty boats |
A sickly sourness fills the room |
The bitter harvest of a dying bloom |
Looking for motion I know I will not find |
I stroke the curls now turning pale in which I’d lain entwined |
Oh lamia, your flesh that remains I will take as my food |
It is the scent of garlic that lingers on my chocolate fingers |
Looking behind me |
The water turns icy-blue |
The lights are dimmed and once again the stage is set for you |
(traducción) |
El olor se vuelve más rico; |
el sabe que debe estar cerca |
Encuentra un largo pasillo iluminado por una lámpara de araña. |
Cada paso que da, los perfumes cambian |
De fragancia familiar a sabores extraños |
Una cámara magnífica se encuentra con su ojo. |
En el interior, un largo estanque de agua de rosas está envuelto por una fina niebla. |
Caminando en el húmedo silencio |
Con una brisa cálida lo besa suavemente |
Pensando que está bastante solo |
Entra en la habitación como si fuera la suya |
Pero las ondas en el agua dulce y rosada revelan una compañía impensada |
Rael se queda atónito dudando de su vista |
Golpeado por la belleza, atrapado en el miedo |
Tres serpientes bermellones de rostro femenino |
El movimiento más pequeño, lleno de gracia |
Melodías apagadas llenan el salón resonante |
Pero no hay ninguna señal de advertencia en el canto de la sirena. |
«¡Rael, bienvenido! |
Somos la Lamia de la piscina |
Hemos estado esperando que nuestras aguas te traigan fresco» |
Poniendo el miedo a su lado |
Confía en la belleza ciega |
Se desliza en el néctar |
Dejando su ropa hecha trizas atrás |
Con sus lenguas prueban y juzgan |
todo lo que es mio |
Se mueven en una serie de caricias que se deslizan arriba y abajo de mi columna |
Mientras mordisquean el fruto de mi carne |
no siento dolor |
Sólo una magia que un nombre mancharía |
Con la primera gota de mi sangre en sus venas |
Sus rostros se convulsionan en dolores mortales |
La más bella llora: «Todos te hemos querido, Rael» |
Cada cuerpo vacío con forma de serpiente flota |
Tristeza silenciosa en botes vacíos |
Una acidez enfermiza llena la habitación |
La amarga cosecha de una flor moribunda |
Buscando movimiento sé que no encontraré |
Acaricio los rizos que ahora palidecen en los que yacía entrelazada |
Oh lamia, tu carne que queda tomaré como mi alimento |
Es el olor a ajo que perdura en mis dedos de chocolate. |
Mirando detrás de mí |
El agua se vuelve azul hielo |
Las luces se atenúan y una vez más el escenario está listo para ti. |