| Cuando las colinas se sueltan
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| Desvanecerse lentamente en el agua como un antiguo amante
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| En un barco lleno de fantasmas
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| es algo para contemplar
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| Cuando las chicas delgadas como el papel
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| Con trenzas retorcidas en el pelo
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| Se quitan los abrigos y tiran
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| Guijarros y piedras del costado del barco.
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| Llorando
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| Las piedras que flotan, las piedras que flotan
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| Oh, Dios mío, las piedras que flotan, las piedras que flotan
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| Por las cuerdas en llamas
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| Más allá de los lugares donde las vigas de acero se encuentran con cielos de concreto
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| Haces tu cama bajo la luz de la luna
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| Creo que es hora de que nos despidamos
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| Porque nada se mueve en el aire caliente
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| Y palabras que una vez cortarían como un cuchillo
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| Simplemente cuelgan en la nube y estás
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| Empujado por el señor
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| Pero te atraen las multitudes y
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| Estás por la borda, estás por la borda
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| Oh, Dios mío, ella está por la borda
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| Mi amor ella está por la borda
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| ella esta por la borda
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| Mi amor ella está por la borda
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| No hay un caparazón intacto
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| En el valle donde yacían mi angustia y los maderos
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| No es el momento de estar dando vueltas por aquí
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| Ya sabes lo que algunos podrían decir
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| Que la gente se vuelve demasiado imprudente
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| Que hasta con el más simple de los delitos
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| Se van, sangre atrás
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| Mientras limpio el cuchillo por última vez
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| Creo que ella sabe, creo que ella sabe
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| Oh, Dios mío, creo que ella sabe
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| creo que ella sabe
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| Ooohhhhh…
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| Ooohhhhh…
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| Ooohhhhh…
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| Ooohoooo oooohhhh…
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| Ooohhhhh… |