| Cuando te cruzas conmigo con tu cabello
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| La hierba enredada de la brisa de la tarde
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| Y no escondes tu rostro porque
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| Alguien dijo a tiempo que no era natural
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| Qué alegría para nosotros simplemente corriendo hacia abajo
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| Este camino torcido de medianoche
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| Y las cosas pacíficas dentro de mí que hace
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| Entonces susurras bajito «tengo que irme»
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| Las lágrimas de ácido empiezan a salir lentamente
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| Para complicar algo tan simple como el amor
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| Despierto ahora, no escucho el crujido de las tablas del piso
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| Mientras te alejas de la ventana
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| O siente tus dedos satinados dibujando patrones
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| En mi espalda donde yacía muriendo
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| Sin ti soy un niño que se chupa el pulgar vacío
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| De vacío dejado llorando
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| Cuando no ha tenido suficiente
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| A merced de una habitación vacía
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| Canta versos a alguna pared descolorida
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| Confundido por una cosa tan simple como el amor
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| Es una pena que no pudiéramos quedarnos aquí hasta el reloj
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| Corre y cae de puro agotamiento
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| O hasta la mañana mientras te observo
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| Mientras te agachas para recoger tus cosas del suelo
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| Pero pronto para nosotros se acabó
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| Y el susto del amanecer de la bombilla eléctrica
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| Desde el techo arriba
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| Mientras cuelga para recordarnos
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| De la telaraña que nos ata
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| Y solo complica un simple delgado como el amor
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| Despierto ahora, no escucho el crujido de las tablas del piso
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| Mientras te alejas de la ventana
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| O siente tus dedos satinados dibujando patrones
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| En mi espalda donde yacía muriendo
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| Sin ti soy un niño que chupa el vacio vacante
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| De vacío dejado llorando
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| Cuando no ha tenido suficiente
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| A merced de una habitación vacía
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| Canta versos a alguna pared descolorida
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| Confundido por una cosa tan simple como el amor |