| El anfitrión caído:
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| ¡El hoyo! |
| ¡Respira! |
| ¡reanimar!
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| ¡Bronquial! |
| crecer extremidades! |
| ¡aumentar!
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| ¡La vida! |
| ¡soportar! |
| ¡estar enamorado!
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| ¡La vida! |
| ¡soportar! |
| ¡estar enamorado!
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| Carne fantasma, verdad de mortero
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| Andamio construido con polvo coalescente
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| Sustancia formada por voluntad propia
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| ¡Deja que los anillos se arreglen! |
| sustrato de piedra!
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| El cónico que levanta sobre nuestra diligencia
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| Edificio de la media luna, sobre el cual se encuentra nuestro credo
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| Apila el sedimento, sentimiento extasiado
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| Nosotros el cincel, tallamos la piedra imán
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| Nosotros la maja, receptáculos vacíos
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| Los yunques suenan, los puños cerrados se funden
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| Las vigas olerán bajo el aliento caelum
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| Serenata de granito toca con resonancia
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| La laringe de la tierra, tintinabulada
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| Serenata de la catedral, reverberación de la nave
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| El comienzo de la subida:
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| Siempre hacia arriba así que lo haremos
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| Con el tratado en la mano, nuestras voces chillan
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| En lo alto de nuestra torre de baliza
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| Nuestro semblante de agujas
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| Sube alto con letanía, ¡haz que nuestra huella sea indeleble!
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| ¡Nuestro anfitrión abandonado!
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| Patriarca intolerable uno no debe gobernar sobre todos
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| ¡Nuestro anfitrión abandonado!
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| Premia nuestra petulancia, no nos iremos tranquilos
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| ¡Nuestro anfitrión abandonado!
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| Mano sobre mano, ascensión, llegamos a la cima de nuestra rabia
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| Flancos grises
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| Fragmentos sin costura
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| Incorporar, proliferar
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| Haz crecer este pináculo de piedra
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| ¡Nuestra casa fría, nuestro hogar de exilio! |