| Cuando miras en tus placas de metal pulido
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| Te imaginas el rostro de un hombre que anhela ver su alma
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| Pero las garras son las garras
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| Ya sea afilado, pintado o desafilado
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| Desde horas de delimitación
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| De mente única, a través de la nieve
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| He llegado
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| Un exilio demasiado inferior para que su alteza luche
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| Blindado
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| sin humor
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| Y dispuesto a apoderarse de tu vida
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| El prisionero al que vine a rescatar se sienta a ver la pelea
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| Con lágrimas en los ojos
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| ¿Quién sabía que una lengua podría hacer tanto daño?
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| Mentir en la boca
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| Bailando con música que no estaba realmente allí
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| Murmurando sobre momentos que ni siquiera compartimos
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| Tu mandíbula torcida se mueve
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| Pero has perdido todo el sonido
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| ¿Qué tan pronto hasta que se te acabe el aliento?
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| Cuando los demás miran a tus ojos pulidos
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| Tan vidriosa como la muñeca que sostienes para representar tu alma
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| Son testigos del rostro de un animal que actúa como un hombre.
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| En su confusión los vestiste con fajas y perfume
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| Pero el hedor se filtra
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| anhelo gritar
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| Mi pais
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| Así no es como se suponía que íbamos a vivir
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| Y con cada golpe mortificante
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| me estoy desvaneciendo rápidamente
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| Levantarse
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| Escucho a ese espectador fiel suplicar
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| Ella no me insultará mirando hacia otro lado
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| Cuando empiezo a sangrar
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| ¿Quién sabía que una lengua podría hacer tanto daño?
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| Mentir en la boca
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| Bailando con música que no estaba realmente allí
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| Murmurando sobre momentos que ni siquiera compartimos
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| Tu mandíbula torcida se mueve
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| Pero has perdido todo el sonido
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| ¿Qué tan pronto hasta que se te acabe el aliento?
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| un salto
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| un golpe
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| Y el metal se aleja de tu cara
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| Esa mandíbula parlante se desquicia
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| Y tu lengua insincera cuelga de tu cuello
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| Me sumerjo a través de las costillas y agarro el humeante
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| corazón resbaladizo
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| Se desliza por mi garganta y soy rey otra vez
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| Derriba estos muros llamativos y deja libres a los prisioneros.
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| Arroja sus piedras llamativas al mar
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| Rasga estas muñecas miembro por miembro
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| Garras orgullosamente desenvainadas
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| Nuestras almas nunca fueron destinadas a ser vistas |