| Cada ciudad es un pueblo fantasma donde veo restos de nosotros
|
| Eso nunca se desvanecerá porque nunca verán la luz.
|
| Las calles recuerdan nuestras huellas
|
| Mapas hechos en arena y nieve
|
| Donde caminábamos uno al lado del otro
|
| Las cosas que nos dijimos
|
| Pieza por pieza
|
| Como vuelve ahora
|
| revisitando
|
| Dejé de buscar nuestro final perdido
|
| No hay vientos secos que lleven páginas rotas por caminos abandonados.
|
| revoloteando
|
| Atrapado en postes de teléfono
|
| Esperando a ser encontrado y leer en voz alta
|
| Aunque solo volviera a esas calles
|
| Fallecido
|
| Me asfixiarían las cenizas de largos sueños de papel quemados
|
| Estás siendo inmortalizado mientras hablo
|
| No solo en palabras
|
| Pero una realidad que vivo en mi sueño
|
| Anoche soñe que me seguias
|
| Puedo sentirte siempre cerca
|
| A veces un día antes
|
| O dos detrás
|
| Cazando una noche similar
|
| Diferente al siguiente
|
| Todavía puedo oír tu voz en las corrientes de aire que te has ido desde entonces y acabo de
|
| encontrado
|
| Te dije que nunca intentaras encontrarme
|
| Pero como puedo pedirle a los recuerdos que se vayan
|
| Simplemente van y vienen cuando les place.
|
| Y aunque escribiera mil canciones
|
| Nadie sabrá nunca lo que me has hecho
|
| Lo oirán haciendo eco
|
| O ver la delicada piel mudada de un cuerpo que sigue evolucionando
|
| Fantasmas de emociones perdidas e incapaces de rendirse
|
| El cadáver de un parásito que dejó una cicatriz final antes de ser expulsado de su
|
| anfitrión
|
| No estamos atados por lazos
|
| Pero inevitablemente entrelazados en la vida de los demás.
|
| Tu amor era un cristal tallado como un diamante
|
| Pero he descubierto una fortuna más verdadera
|
| Me compadezco de tu codicia
|
| Nunca recuperarás la riqueza perdida en mí
|
| Y así como te inmortalizo con mis palabras
|
| Sé que no te mereces esto |