| Las lágrimas caían de su rostro carmesí.
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| Se cubrió la cabeza tratando de ocultar su vergüenza
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| Atrapada y condenada, ahora no puede escapar
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| Solo un peón en manos de un juego fariseo
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| Creció el ruido y la rabia de los enloquecidos
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| Mientras luchaban por el poder en un eterno alimentado
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| Y mientras ella lloraba suavemente, volvieron a revisar
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| El destino obvio de esta mala reputación
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| Entonces una voz de amor puso fin a todo debate
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| Sus palabras de esperanza ahuyentaron a la multitud.
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| La mano que arrojó las estrellas en el espacio
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| Levantó su rostro y lo escuchó decir
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| Déjame presentarte a una amiga llamada Grace
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| No le importa tu pasado ni tus muchos errores
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| Él cubrirá tus pecados en un cálido abrazo
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| Déjame presentarte a un amigo
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| Una amiga llamada Grace
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| La multitud de la sala del tribunal se quedó en silencio y quieta.
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| Cuando apareció el juez de túnica blanca llamado Verdad
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| Y el sonido del mazo trajo un debate feroz
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| Mientras los jugadores de la eternidad decidían mi destino
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| A la luz de la Verdad todos podían ver claramente
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| Los hechos hicieron del juicio un mero trámite
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| Y mis acusadores se quedaron con la respiración contenida
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| Convicción segura terminaría en la muerte
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| Pero de la cruz manchada de sangre al estrado de los testigos
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| Caminó un hombre con esperanza en sus manos con cicatrices de uñas
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| Las palabras que pronunció me trajeron una dulce liberación.
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| Él susurró «Tengo un amigo que necesitas conocer»
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| Si estás cansado de la culpa y las noches de insomnio
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| Y huyendo de la vergüenza de una vida desperdiciada
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| Hay alguien parado con una mano abierta
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| Esperando allí para darte una segunda oportunidad |