| Hay un mundo que tiene una cara sonriente
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| Estaba girando en círculos en el espacio
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| El día que los arquitectos
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| Han causado su plaga de piedra
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| Convierte la tierra antigua en calle
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| La torre espiral alta nos derrota
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| Estallando, de pie alto
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| En tierras que llamamos propias
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| Romper las presas con maremotos
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| De paredes retorcidas, cada ladrillo en su lugar
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| En las alturas vertiginosas la persecución
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| Pero meciéndose en el viento
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| Desgarrando, arañando, quemando
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| Montañas martilladas hasta el suelo
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| Construyendo ciudades, construyendo pueblos
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| Ni una pulgada de tierra sin remover
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| Todavía están los ojos de todos
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| Mirando a los cielos
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| Sin aliento y todavía ninguno el sabio
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| De lo que realmente han hecho
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| Mirando hacia atrás para ver el pasado
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| Ganan la carrera pero terminan últimos
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| Sufres por el hechizo que han lanzado
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| Torre espiral de pie alto
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| Rompiendo todo lo que pasa
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| La tierra miente sangrando comienza a llorar
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| A nadie le importaba saber
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| Dinero, la codicia ve caer árboles
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| Todos cayendo de rodillas enfermizas
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| No se encontró cura para esta enfermedad.
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| No queda adónde ir
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| Barras de hierro y ladrillos de piedra
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| Han dejado la tierra recogida hasta el hueso
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| Corriendo más alto a las estrellas
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| Los arquitectos surgen
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| destrozando el cielo
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| Para estar a mil millas de altura
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| Como la torre espiral temblorosa
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| Comienza a caer para su sorpresa
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| Ardientes son los ojos
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| Más ancho solo para ver los cielos
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| Sin aliento, ninguno es sabio
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| De lo que realmente han hecho
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| A millones de años luz del pasado
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| Estamos dando un paso adelante, retrocediendo
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| Ahí cae para morir
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| Para nacer de nuevo |