| Déjame mirar junto al fuego y recordar mis días
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| Y puede ser un truco de la luz del fuego
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| Pero las páginas parpadeantes que perturban mi vista
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| Es un libro que tengo miedo de escribir
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| Es el libro de mis días, es el libro de mi vida
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| Y se corta como una fruta en la hoja de un cuchillo
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| Y todo está ahí para ver como revela la sección.
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| Hay algo de tristeza en cada vida
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| Si se lee como un rompecabezas, un laberinto errante
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| Entonces no entenderé hasta el final de mis días
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| Todavía estoy obligado a recordar,
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| Recuerda las palabras de mi vida
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| Hay promesas rotas y promesas cumplidas
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| Palabras de ira que se dijeron, cuando debería haber llorado
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| Hay un capítulo de secretos y palabras para confesar
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| Si pierdo todo lo que poseo
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| Hay un capítulo sobre la pérdida y un fantasma que no morirá.
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| Hay un capítulo sobre el amor donde la tinta nunca se seca
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| Hay sentencias cumplidas en una prisión que construí con mentiras.
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| Aunque las páginas están numeradas
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| No puedo ver a dónde conducen
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| Porque el final es un misterio que nadie puede leer
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| En el libro de mi vida
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| Hay un capítulo sobre padres, un capítulo sobre hijos
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| Hay páginas de conflictos que nadie ganó
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| Y las batallas que perdiste y tu amarga derrota,
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| Hay una página en la que no nos reunimos
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| Hay cuentos de buena fortuna que no se pudieron planear
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| Hay un capítulo sobre dios que no entiendo
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| Hay una promesa del cielo y el infierno, pero que me aspen si veo
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| Aunque las páginas están numeradas
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| No puedo ver a dónde conducen
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| Porque el final es un misterio que nadie puede leer
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| En el libro de mi vida
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| Ahora la luz del día está regresando
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| Y si una oración es verdadera
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| Y todas estas páginas están ardiendo
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| Y todo lo que queda eres tú
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| Aunque las páginas están numeradas
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| No puedo ver a dónde conducen
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| Porque el final es un misterio que nadie puede leer
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| En el libro de mi vida |