| Mi cabeza golpea el techo blando
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| Sin embargo, veo a través de la pared
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| Un ser virgen blanco
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| Gritando en una llamada
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| tuve la desgracia
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| Para leer este libro maldito
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| vi la duna de arena
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| y su mirada
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| La sucia mano suave
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| Agarra la pluma de ónix en mi pecho
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| Y en un revés
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| Arrebata el objeto de su búsqueda
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| mostrándome su cuerpo abyecto
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| Desgarrando a la fuerza mi alma
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| me insemina su cancer
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| Abriendo así el agujero negro
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| En tierras lejanas y desconocidas
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| En una imposición final de manos
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| Siento que mis propios ojos se derriten
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| Veo a mi musa en un último temblor
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| Un dolor que nunca sentí
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| Para siempre
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| A orillas del lago Hali, camina
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| Observando su gigantesco reino
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| Soñando con otros mundos
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| El que abrió cerraduras doradas y milenarias
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| Imagina su ascenso en el caos y las tormentas
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| Veo que todos se quitan los disfraces
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| Y vuelve tus ojos hacia mí
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| ahora me pides que me quite la mascara
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| pero no uso mascara
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| Sin máscara. |
| sin máscara
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| Ajustando la corona en su cabeza
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| El Rey Amarillo cierra los ojos y se va volando.
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| Perturbando con su poder el lecho del lago
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| Por nuestra decadencia
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| Héroe de la obra, director del último declive
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| Su alma negra como cetro del mal
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| Cruzando galaxias desconocidas, desafiando lo divino
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| el néctar oscuro
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| Planeando su conquista
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| Maldiciendo a la multitud, él es la peste
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| En palabras de Akeley, reconozco nombres infames
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| Símbolos de locura, símbolos de llamas cósmicas
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| Las voces resuenan en mi cabeza una, otra y otra vez
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| El cartel amarillo, Hastur, todos portadores de dolor
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| «A lo largo de la orilla rompen las olas de nubes
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| Los soles gemelos se hunden detrás del lago
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| Las sombras se alargan
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| En Carcosa
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| Extraña es la noche donde se levantan las estrellas negras
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| Y extrañas lunas circulan por los cielos
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| Pero el extraño sigue siendo
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| carcosa perdida
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| Canciones que cantarán las Hyades
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| Donde aletean los andrajos del rey
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| Debe morir sin ser escuchado en
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| Dim Carcosa
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| Canción de mi alma, mi voz está muerta
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| Sin embargo, muere, sin ser cantado, como lágrimas sin derramar
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| Se secará y morirá en
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| Perdió Carcosa.» |