| María tenía un corderito, cuyo vellón era blanco como la nieve
|
| Y dondequiera que iba María, el cordero estaba seguro de ir
|
| La seguía casi todos los días, e hizo reír a la gente.
|
| Nunca lo verías trabajar o jugar, y nunca lo verías en el césped
|
| Oh, estarán amándose por mucho, mucho tiempo a partir de ahora, pero será demasiado tarde para él.
|
| Oh, se estarán besando, abrazando y abrazando fuerte, pero será demasiado tarde para
|
| a él
|
| Y la gente trató de hablar con él, pero nunca tuvo sentido.
|
| Porque justo cuando estaban atravesando, estarían saltando otra cerca
|
| Seguiría sus pasos, y dondequiera que fuera
|
| Lo vería allí con ella, pero nunca lo verías.
|
| Oh, estarán amándose por mucho, mucho tiempo a partir de ahora, pero será demasiado tarde para él.
|
| Sí, se estarán besando, abrazando y abrazando fuerte, pero será demasiado tarde para
|
| a él
|
| Ahora, un día oscuro, vino una gran tormenta y voló la casa de Mary.
|
| Todas las paredes se habían desvanecido, y no había ningún lugar para que Mary se quedara.
|
| Ella lloró y lloró, y miró a su alrededor, pero todo se había ido
|
| Excepto por ese corderito, todavía se aferraba
|
| Oh, se amarán por mucho, mucho tiempo a partir de ahora, pero no habrá nadie más
|
| feliz que el
|
| Porque cada noche, la luna brilla intensamente, ella estará acurrucándose con él
|
| Estarán amándose por mucho, mucho tiempo a partir de ahora, pero no habrá nadie más feliz
|
| que él
|
| Porque cada noche, las estrellas brillan, ella estará acurrucándose con él |