| Lejos fluye la arena del reloj de arena
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| Ella ejerce en sus manos
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| Voló lejos el espíritu atado a la tierra
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| Muere el entusiasmo en su baile
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| Lejos, los susurros en ensoñaciones
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| Hojas con viento que respiran
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| Lejos, viejos recuerdos sellados por la fe
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| Dolor y fuego en sueños
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| Donde los vientos menguantes pueden llevar
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| Aullando la tormenta se lamenta débil
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| La oscuridad es ahora tonos sombríos
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| Se ha ido el celo, la vivacidad que se desvanece
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| Donde los vientos menguantes pueden llevar
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| Perdido es el destino, prometido en la profecía
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| Dolor y fuego en sueños
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| Donde los vientos menguantes pueden llevar
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| Lejos, los susurros en ensoñaciones
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| Hojas con viento que respiran
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| Lejos, viejos recuerdos sellados por la fe
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| Dolor y fuego en sueños
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| Lejos, los susurros en ensoñaciones
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| Hojas con viento que respiran
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| Lejos, viejos recuerdos sellados por la fe
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| Dolor y fuego en sueños
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| Donde los vientos menguantes pueden llevar
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| Aullando la tormenta se lamenta débil
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| La oscuridad es ahora tonos sombríos
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| Se ha ido el celo, la vivacidad que se desvanece
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| Donde los vientos menguantes pueden llevar
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| Perdido es el destino, prometido en la profecía
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| Dolor y fuego en sueños
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| Donde los vientos menguantes pueden llevar
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| Cesar el movimiento de las siete ruedas
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| Lo que la codicia una vez sembrada está madura para que el niño la coseche
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| Así muere la luz, en los hogares la escarcha ahora se arrastra
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| Así muere la luz, caemos en un sueño sin sueños
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| Se ha ido el celo, la vivacidad que se desvanece
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| Donde los vientos menguantes pueden llevar
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| Perdido es el destino, prometido en la profecía
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| Dolor y fuego en sueños |