| Hilla Lilla está sentada en su casa
|
| Nadie conoce mi pena sin Dios
|
| Ella arroja tantos dedos de los pies en su mejilla
|
| Nunca vive como puedo quejarme de mis penas
|
| Las ofertas para la reina llegaron pronto
|
| La orgullosa Hilla Lilla cose tan salvajemente en su costura
|
| Nadie conoce mi pena sin Dios
|
| La reina vestía el abrigo azul.
|
| Entonces ella orgullosamente fue a Hilla Lilla
|
| Nunca vive como puedo quejarme de mis penas
|
| Graciosa reina en la forma en que estás aquí abajo
|
| Que pueda tallar mis penas por ti
|
| Nadie conoce mi pena sin Dios
|
| Mi padre me mantuvo tan honesto
|
| Nadie conoce mi pena sin Dios
|
| Un caballero me servía diariamente
|
| Nunca vive como puedo quejarme de mis penas
|
| era el duque hillebrand
|
| Nadie conoce mi pena sin Dios
|
| Con él tuve que huir del país
|
| Nunca vive como puedo quejarme de mis penas
|
| Cuando llegamos a una arboleda furiosa
|
| Nadie conoce mi pena sin Dios
|
| Duke Hillebrand quería descansar allí por un tiempo.
|
| Nunca vive como puedo quejarme de mis penas
|
| Se duerme una siesta en mi regazo
|
| Nadie conoce mi pena sin Dios
|
| Durmió allí un sueño tan hermoso y dulce
|
| Nunca vive como puedo quejarme de mis penas
|
| Hillebrand Hillebrand no durmió ahora
|
| Escucho a mi padre y a mis siete hermanos
|
| No había dicho estas palabras antes.
|
| Antes de siete heridas, Hillebrand enterró
|
| Mi hermano me tomó por la tapa amarilla dorada
|
| Luego me ata al pomo del sillín
|
| Y cuando llegamos en la primera línea
|
| Mi triste madre, ella lo defiende.
|
| Entonces mi hermano me quiso estrangular
|
| Mi madre me quería vender
|
| Nunca vive como puedo quejarme de mis penas
|
| Así que me vendieron por un reloj nuevo
|
| Nadie conoce mi pena sin Dios
|
| Ella pasa el rato en Marie Kyrkeby
|
| Nunca vive como puedo quejarme de mis penas
|
| Cuando mi madre oyó el sonido de esa campana
|
| Nadie conoce mi pena sin Dios
|
| Su corazón se rompió en pedazos
|
| Nunca vive como puedo quejarme de mis penas
|
| La orgullosa Hilla Lilla cerró su discurso con este
|
| Nadie conoce mi pena sin Dios
|
| Luego cayó muerta ante el regazo de la Reina.
|
| Nunca vive como puedo quejarme de mis penas |