| Bueno, dije que eras hermosa, lo dije allí y luego
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| Dejé a un lado toda resistencia, olvidé decir amén
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| Y cuando levantaste tus manos hacia mí, un brillo en ellas vi
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| Un bebé de la mañana, una ley de la naturaleza arrolladora
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| Y comienza a parecer que el verano casi se ha ido
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| Como el viento que sopla las hojas en el césped
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| Determiné que te amaba, determinaste que soy 'él'
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| Determinados los dos juntos, necesitaríamos nuestra compañía
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| Y las plumas de la paloma salvaje flotando en el suelo
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| Deslizándose a través de las ramas, girando lentamente alrededor
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| Mientras esperamos en las montañas la canción
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| Eso revive lo que ha estado entre nosotros todo el tiempo
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| En Cannes hubo absurdo, en Niza fue la orilla
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| En Mónaco hubo casinos, en Asia hubo guerra
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| Y los papeles eran americanos, los duraznos frescos con crema
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| Gente con vibraciones, solo robots salvajes junto a alguna corriente
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| Y ahora agarramos pajitas imaginarias
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| Y nos arrastramos por el mar con garras nuevas y brillantes
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| Si lo que sabemos puede salvarnos, entonces es hora de intentarlo
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| Cada vez que intentan hacernos siervos de alguna mentira
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| Los niños nacidos de cuerpos en esquema calvo con patrón
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| Es un mundo divertido, divertido en el que vives, luego aprendes que es un sueño
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| Serpientes de mar en un cohete de barro, explicando como estuvimos ayer
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| Todavía dije que eras hermosa, lo dije allí y luego
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| Dejé a un lado toda resistencia, olvidé decir amén
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| Y cuando levantaste tus manos hacia mí, un brillo en ellas veo
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| La infancia de esa belleza que es tuya y mía
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| Y me doy cuenta de que el verano nunca se ha ido
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| Como el viento que sopla las hojas en el césped
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| Fuera en el césped, fuera en el césped, fuera en el césped |