| ¿No es como la noche para jugar trucos cuando estás tratando de estar tan callado?
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| Nos sentamos aquí varados, aunque todos estamos haciendo todo lo posible para negarlo
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| Y Louise sostiene un puñado de lluvia, tentándote a desafiarlo
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| Las luces parpadean desde el desván opuesto
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| En esta habitación, las tuberías de calor solo tosen
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| La estación de música country suena suave
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| Pero no hay nada, realmente nada que apagar
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| Solo Louise y su amante tan entrelazados
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| Y estas visiones de Johanna que conquistan mi mente
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| En el lote baldío donde las damas juegan al engaño del ciego con el llavero
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| Y las chicas nocturnas de las que susurran escapadas en el tren «D»
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| Podemos escuchar al vigilante nocturno encender su linterna
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| Preguntarse si es él o ellos los que están realmente locos
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| Louise, ella está bien, está cerca
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| Ella es delicada y parece el espejo.
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| Pero ella lo hace todo demasiado conciso y demasiado claro.
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| Que Johanna no está aquí
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| El fantasma de la electricidad aúlla en los huesos de su rostro
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| Donde estas visiones de Johanna ahora han tomado mi lugar
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| Ahora, niño perdido, se toma a sí mismo tan en serio
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| Se jacta de su miseria, le gusta vivir peligrosamente
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| Y al mencionar su nombre
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| Me habla de un beso de despedida
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| Seguro que tiene mucho descaro para ser tan inútil y todo eso.
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| Murmurando una pequeña charla en la pared mientras estoy en el pasillo
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| ¿Como puedo explicar?
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| Oh, es tan difícil de seguir
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| Y estas visiones de Johanna, me mantuvieron despierto más allá del amanecer
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| Dentro de los museos, Infinity sube a prueba
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| Las voces se hacen eco de que así debe ser la salvación después de un tiempo
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| Pero Mona Lisa debe haber tenido la melancolía de la carretera
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| Se nota por la forma en que sonríe
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| Ver la congelación primitivo alhelí
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| Cuando todas las mujeres con cara de gelatina estornudan
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| Escuche al del bigote decir: «Jeeze
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| No puedo encontrar mis rodillas»
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| Oh, joyas y binoculares cuelgan de la cabeza de la mula
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| Pero estas visiones de Johanna, hacen que todo parezca tan cruel
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| El vendedor ambulante ahora le habla a la condesa que finge cuidarlo.
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| Diciendo, «Dame a alguien que no sea un parásito y saldré y rezaré
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| para él"
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| Pero como Louise siempre dice
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| «No puedes mirar mucho, ¿verdad, hombre?»
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| Mientras ella misma se prepara para él
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| Y Madonna, todavía no ha aparecido
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| Vemos esta jaula vacía ahora corroerse
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| Donde su capa del escenario una vez fluyó
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| El violinista, ahora da un paso hacia la carretera
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| Escribe que se ha devuelto todo lo que se debía
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| En la parte trasera del camión de pescado que carga
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| Mientras mi conciencia explota
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| Las armónicas tocan las llaves maestras y la lluvia
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| Y estas visiones de Johanna son ahora todo lo que queda |