| Oh, perdimos la vieja magia
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| Incluso lo trágico no podría ser un niño para esto
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| Y cuando los delfines se hunden como piedras
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| Sabremos que todos han llegado a un cielo más alto
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| Porque he visto a través de tu querida querida alma
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| Todos en vestidos de fuego aterciopelado marrón y leonado
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| Y quiero hacer la carrera con el coho
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| En un río moribundo yendo a casa
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| A un cielo más alto
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| Y te he visto observándolo
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| Metal y polvo negro
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| Dientes de alce de marfil
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| El golpeteo del cuero
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| Monedas viejas en sus ojos
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| Y siempre manos mágicas
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| Piel de constelación
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| te he visto observándolo
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| mirándolo
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| Y corrimos a través de las sombras de las mulas
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| Mano a mano
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| Dolores en los dolores
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| Perseguido por ciervos de plástico y espíritus de lona
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| Tropezar con herramientas y balas dormidas
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| Años de oración polvorienta
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| Escogiste una bolsita del árbol de tu papá
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| Lo derramó en mi boca para mostrarme
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| Cómo había salvado todos tus dientes de leche
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| Dijiste que los miedos especiales siempre ganan
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| Como un río al que le han robado su curva
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| Una trenza que simplemente no quieres terminar
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| Y una serpiente que sabe que nunca aguantará
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| Dedos que no pueden encontrar su mano
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| Una cuenta que parece que no puedes enhebrar
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| Oh, ¿no conoces ese sentimiento?
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| ¿Como si alguien hubiera estado robando toda tu leña?
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| Entonces enseñaste a las piedras a hablar
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| En el camino despedido por el cervatillo que caminas
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| Le enseñaste a las llamas a hablar
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| En el camino despedido por el cervatillo que caminas
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| Enseñaste a las piedras a hablar
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| En el camino despedido por el cervatillo que caminas
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| Le enseñaste a las llamas a hablar
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| En el camino despedido por el cervatillo que caminas
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| camina con el |