Las golondrinas vuelan bajo, mi torre se retuerce en corte.
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La secretaria, la colegiala, gastó dos lápices.
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El juez movió su bigote, se lamentó: "¡Voy a plantar para siempre!"
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Ay, averígüenlo, perras, ustedes mismos, ya no les diré ni una palabra.
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Era julio, el segundo turno, en la planta, recuerdo cómo está ahora.
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Alguien abofeteó a un empresario y me tiró sus nabas
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Y por la mañana, un embudo familiar se detuvo en la valla.
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Y detrás de mí, sin una conversación, la cerradura hizo clic en su lugar en la celda.
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Y por la mañana, un embudo familiar se detuvo en la valla.
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Y detrás de mí, sin una conversación, la cerradura hizo clic en su lugar en la celda.
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Mi capitán dirigió el caso, para interrogatorios estrictamente todos los días.
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Oh, cómo estoy cansado de escuchar esa basura de policías.
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Gritó: "¡Encontramos guantes y una pistola en el pajar!"
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¡Y leí sobre huellas y sobre el hecho de que no hay coartada!
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No pude soportarlo: "¡Maldita sea, no maté a un hombre de negocios!"
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Bueno, pruébalo al camello, a él le importaba un carajo todo en el mundo.
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Bueno, estoy bajo supervisión durante un mes, el capitán estaba muy feliz por eso,
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Y para obtener una licenciatura, me colgó un ciego.
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Bueno, estoy bajo supervisión durante un mes, el capitán estaba muy feliz por eso,
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Y para obtener una licenciatura, me colgó un ciego.
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La pobre madre del empresario, me mira con fiereza entrecerrando los ojos.
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Pero no soy un asesino, soy un vagabundo, aunque no es la primera vez que subo al banquillo.
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Pregunta por mi en la zona, levanta la ficha policial.
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Bueno, mis palmas no están en la sangre, soy un experto en carteras.
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Las golondrinas vuelan bajo, mi torre se retuerce en corte.
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La secretaria, la colegiala, gastó dos lápices.
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El juez movió su bigote, se lamentó: "¡Voy a plantar para siempre!"
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Ay, averígüenlo, perras, ustedes mismos, ya no les diré ni una palabra.
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El juez movió su bigote, se lamentó: "¡Voy a plantar para siempre!"
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Ay, averígüenlo, perras, ustedes mismos, ya no les diré ni una palabra. |