| La iluminación se encuentra más allá del horizonte
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| Hacia el norte, hacia el frío yermo muerto
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| Buscando a los afines a los dioses
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| Cabalgando las olas hacia las costas de obsidiana
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| Por encima de la meseta desolada de leng
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| Alas de cuero guían un paseo abominable
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| En el resplandor de la pálida llama de la luna
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| El shantak acecha la noche triste
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| Pasadas islas misteriosas sin nombre
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| No se atrevió a ser hablado de
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| Viles aullidos rompen la calma de la noche
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| Lejano norte, en la oscuridad
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| Frío helado, inquanok a la vista
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| Por encima de la meseta desolada de leng
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| Alas de cuero guían un paseo abominable
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| En el resplandor de la pálida llama de la luna
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| El shantak acecha la noche triste
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| Con túnicas de seda, el sacerdote enmascarado avanza
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| Su sabiduría habla de bestias lunares
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| De cuernos y pezuñas ocultos a la vista
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| Y la noche demacrada su fiesta real
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| Bajo la cúpula, en las bóvedas de zin
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| Como sacrificio al regalo de la muerte y el escape
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| En la oscuridad total, ojos que prohíben la vista
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| Abadon, las inquietantes ruinas de la antigua sarkomand
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| Invocando llamadas, regresa a la isla
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| El alboroto macabro y los latidos de la luna chocan
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| Por encima de la meseta desolada de leng
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| Demonios sin rostro en vuelo con alas de membrana
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| En el resplandor de la pálida llama de la luna
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| Los guants nocturnos empalan los cielos silenciosos
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| ¡Adelante… hacia kadath!
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| ¡Adelante… hacia kadath!
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| … ¡hacia kadat! |