| Dios ayude al hombre que dijo: «Ayúdame, creo que estoy muerto
|
| Pero espera un momento, no estoy completamente seguro.»
|
| Pero luego no habló, así que lo acostamos, lo enterramos seis pies bajo tierra.
|
| tierra
|
| Oh, ¿para qué diablos pensó que era su boca?
|
| No le hables de la vida, de la vida y de la muerte:
|
| Conocemos una parte pero él conoce el resto
|
| Felicitaciones al hombre que dijo que podía cuando no podía
|
| No se salió con la suya:
|
| Nunca lastimó a nadie, pero su cara encajaba.
|
| El cuadro en el que se encontraba, se le acababa el tiempo, se le acababa la suerte
|
| Bueno, ¿para qué diablos pensaba que era su boca?
|
| No le hables de verdades y mentiras:
|
| Oh, si mide seis pies, tiene la mitad del tamaño
|
| No, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no
|
| No, no, no, no, no, no, no, no, no, no tomes, no
|
| Y maldito sea el hombre que dijo que tenía razón (¡tengo razón!) no del todo
|
| Brazos peludos y palmas sudorosas, nunca tuve problemas para encender los encantos
|
| El cielo ayude al hombre que dijo: «Lo sé, está en mi cabeza
|
| Pero espera un momento, no estoy completamente seguro
|
| Pero sé que lo que es mío es mío y lo que es tuyo es mío
|
| Y te digo no, no por decimotercera vez
|
| No, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no
|
| No, no, no, no, no, no, no, no, no, no me quites la esperanza
|
| No, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no
|
| No, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no |