| Una vez en la primavera de las hermosas costas
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| Marinero navegó a algún lugar muy lejano.
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| Para despedir a su amada vino,
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| Ella se puso un vestido blanco para él.
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| Y el marinero zarpó y se perdió
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| En ciudades de ultramar.
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| Coro:
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| Todos esperaban a una mujer de blanco,
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| Iba al mar todos los días.
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| El corazón mandaba olvidar, pero el alma amaba.
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| Como el invierno sigue al verano,
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| Y la primavera después del mal tiempo,
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| Así rueda la tristeza tras la breve felicidad.
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| Regresó a ella cuando pasaron los años.
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| No un marinero, ya un rico capitán delgado
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| Y él le dijo: “Entiendo, Dios ve,
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| El amor no cambia por una billetera gorda.
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| Pero ella, habiéndole perdonado la traición,
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| Yo no me invité.
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| Coro:
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| Todos esperaban a una mujer de blanco,
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| Iba al mar todos los días.
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| El corazón mandaba olvidar, pero el alma amaba.
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| Como el invierno sigue al verano,
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| Y la primavera después del mal tiempo,
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| Así rueda la tristeza tras la breve felicidad.
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| Todos esperaban a una mujer de blanco,
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| Iba al mar todos los días.
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| El corazón mandaba olvidar, pero el alma amaba.
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| Como el invierno sigue al verano,
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| Y la primavera después del mal tiempo,
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| Así rueda la tristeza tras la breve felicidad. |