La plata se oscurecerá, el oro se desvanecerá,
|
Tanto las cosas como las palabras se gastarán.
|
La juventud sonreirá tiernamente desde los álbumes,
|
La hierba tranquila asoma por debajo de las losas.
|
Todo en el mundo será aplastado, la edad cambiará,
|
Los años pasarán volando, como si descendieran de una colina.
|
Sólo tú, alma, prisionera de una vida dura,
|
De mí, como de un calabozo, miras hacia arriba.
|
El alma duele, y el corazón llora,
|
Y el camino de la tierra sigue siendo polvoriento.
|
Y el que ama no esconde las lágrimas,
|
Después de todo, no es en vano que el alma duela.
|
Y el que ama no esconde las lágrimas,
|
Después de todo, no es en vano que el alma duela.
|
O el color de la cereza del pájaro, o la nieve caerá
|
En tu cabello castaño.
|
Pronto el tiempo, la bestia invisible, estará satisfecho
|
Y se va, dejando su corazón sin amor.
|
La plata se oscurecerá, el oro se desvanecerá,
|
Tanto las cosas como las palabras se gastarán.
|
La juventud sonreirá tiernamente desde los álbumes,
|
Y resulta que el alma sigue viva.
|
El alma duele, y el corazón llora,
|
Y el camino de la tierra sigue siendo polvoriento.
|
Y el que ama no esconde las lágrimas,
|
Después de todo, no es en vano que el alma duela.
|
Y el que ama no esconde las lágrimas,
|
Después de todo, no es en vano que el alma duela.
|
El alma duele, y el corazón llora,
|
Y el camino de la tierra sigue siendo polvoriento.
|
Y el que ama no esconde las lágrimas,
|
Después de todo, no es en vano que el alma duela.
|
Y el que ama no esconde las lágrimas,
|
Después de todo, no es en vano que el alma duela. |