| En el amanecer en los primeros rayos del sol
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| Iniciamos el fin de los días
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| Peligrosa búsqueda del paraíso
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| Lejos de esta tierra de nieve y hielo
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| Sin piedad por los que yacen muertos
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| Nuestro camino vicioso deja el suelo teñido de rojo
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| El reino del éter por el que viajamos por la tierra
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| En la esperanza de un nuevo nacimiento
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| Una guarida en el cielo que buscamos
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| Desde lo más profundo de la tierra hasta el pico más alto
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| Obligando a las masas a inclinarse ante nuestro señor
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| Nacemos para la batalla, morimos a espada
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| Asolando la tierra y todos los que defienden
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| Nuestras espadas cortando a sus mejores hombres
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| Porque las guerras paganas no tienen verdadero peso
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| Mientras te paras ante las puertas etéreas
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| Sin piedad por los que yacen muertos
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| Nuestro camino vicioso deja el suelo teñido de rojo
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| El reino del éter por el que viajamos por la tierra
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| En la esperanza de un nuevo nacimiento
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| Una guarida en el cielo que buscamos
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| Desde lo más profundo de la tierra hasta el pico más alto
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| Obligando a las masas a inclinarse ante nuestro señor
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| Nacemos para la batalla, morimos a espada
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| Asolando la tierra y todos los que defienden
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| Nuestras espadas cortando a sus mejores hombres
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| Porque las guerras paganas no tienen verdadero peso
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| Mientras te paras ante las puertas etéreas
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| Al reino del éter volvemos por fin
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| Para reclamar nuestro trono de las eras pasadas
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| Gobernando la tierra desde una base superior
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| Hemos tomado legítimamente nuestro verdadero lugar
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| Una guarida en el cielo que buscamos
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| Desde lo más profundo de la tierra hasta el pico más alto
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| Obligando a las masas a inclinarse ante nuestro señor
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| Nacemos para la batalla, morimos a espada
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| Asolando la tierra y todos los que defienden
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| Nuestras espadas cortando a sus mejores hombres
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| Porque las guerras paganas no tienen verdadero peso
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| Mientras te paras ante las puertas etéreas |