| Fuera de las murallas de la ciudad
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| Donde crecen los matorrales más oscuros
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| Regreso a casa desde tierras extranjeras
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| Soñamos con nuestros hogares cercanos
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| Cuando a la vez escuchamos un silbido
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| ¿Era un demonio o una serpiente?
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| Si hubiéramos escuchado los sonidos de la risa
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| Que hacen las mujeres peligrosas?
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| Tres brujas en nuestro camino se quedaron mirando
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| Nos hicieron señas de su camino
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| Los seguimos por un camino oculto
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| Hacia su morada
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| Dentro ardía un fuego
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| Y una mesa había sido puesta
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| Nos ofrecieron un brebaje extraño
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| Con un diablo de sabor
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| Mi amigo y yo teníamos mucha sed
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| Bebimos nuestras copas completamente secas
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| Pero aún más extraño fue el efecto de la bebida.
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| «¡Es brujería!» |
| Lloré
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| Ojo de tritón y raíz de mandrágora
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| El pie del diablo en salmuera
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| Un sueño febril se apoderó de mí
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| Las almas bailaron ante mis ojos
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| Mi traición, mis malvadas lujurias
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| Las muchas esposas robadas
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| Las almas de aquellos a quienes había agraviado
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| Cuentos compartidos de mis crímenes pasados
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| De hecho, no estaba solo
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| Para escuchar sus gritos estrangulados
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| Mi compañero y estas hermanas
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| A través de esto, mi gremio supuso
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| Y he aquí, vi lo que debe hacerse
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| Por la horca llamada mi nombre
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| Le cortaría la lengua bajo un sol demoníaco
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| Sí, con buena salud me quedaría
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| En un instante saqué mi daga
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| Y mi compañero gritó de dolor
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| Entonces me volví hacia las hermanas
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| A ellos les hice lo mismo
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| Inmediatamente la habitación se llenó de sangre
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| Y el horror de sus gritos
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| Esta noche un banquete de asesinato
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| Una fiesta de vidas arruinadas
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| Poseídos estaban con el regalo de la fortuna
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| y sin embargo se sorprendieron
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| Tres hermanas deberían haber sabido mejor
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| Que dejar entrar a este demonio |