| Debería haber sido tan suave, esta mañana cuando nos fuimos
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| Pero el valle estaba infectado, por un tipo diferente de belleza
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| Y los indios que conocían, era un santuario del diablo
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| De este amanecer profano, un auto vino revolviendo la arena
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| Y una mujer de una obra de teatro de pasión
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| Detuvo la limusina que me trajo
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| Todo este camino hoy. |
| Y no necesitaba dar la vuelta
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| Tan fuerte fue el mensaje, y el hombre que planeó su vida
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| Ordenó a todos los que siguieron: Bueno, bramaron y gritaron
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| Y se tiraron unos a otros, abajo en este valle
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| Este valle cruel y encantador, oh, debería haber sido un callejón
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| En alguna parte baja de la ciudad
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| Cuando se encendieron las luces, no había sol
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| Y el brandy salpicó todo el suelo
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| Como esta mujer con la cabeza en alto
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| Gritaba amor y por qué oh por qué, me estás matando oh sígueme-
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| Mientras observaba seguro y limpio, desde las ventanas esmeriladas de esa limusina
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| Bueno, bramaron y gritaron, y se tiraron unos a otros
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| Abajo en este valle, este cruel y hermoso valle
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| Oh, debería haber sido un callejón, en alguna parte baja de la ciudad
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| Antes había sido tan divertido, imaginando lo mejor:
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| Que escaparía a la recriminación, por abandonar el nido
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| Él había estado bromeando y drogado, mientras me entretenía
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| Pero luego se volvió y quedó atónita, por su pánico y su miseria.
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| Y yo estaba en el coche de escape
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| Dándole una oportunidad, para escapar
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| Aléjate, aléjate
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| Y como humeaba el valle, al cruzar la ruta 25
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| Con sus címbalos y su corona rota, dejándolos solos
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| Sus ojos fijos en el suelo. |
| Y ni siquiera se dio la vuelta.
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| Tan fuerte fue el mensaje, y cayó en el cielo poco profundo
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| y fue tragado
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| Bueno, bramaron y gritaron, y se tiraron unos a otros
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| Abajo en este valle, este cruel y hermoso valle
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| Bueno, debería haber sido un callejón, en alguna parte baja de la ciudad |