| me voy a buscar un rio moribundo
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| Y llegar a un acuerdo con ella, diré
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| «Te doblaré en dos y te llevaré
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| A un lugar donde fluirán tus cabeceras
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| Limpia hasta la boca»
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| A cambio pediré un pequeño santuario
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| Por sus bancos donde viviremos
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| Con nuestra pequeña familia
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| ella regará nuestro jardín
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| Y limpiar la suciedad de nuestra piel
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| Mientras la palabra clama a nuestra puerta
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| Bailaremos y no los dejaremos entrar
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| Y si un día nos despertamos en una cama seca como un hueso
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| Encuentra nuestro río robado, encuentra nuestro santuario desaparecido
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| Nos pondremos de pie y haremos un balance y estaremos agradecidos
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| Por lo que no hemos perdido
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| Empacaremos nuestras maletas, empacaremos nuestra pequeña familia
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| Cruza el valle hasta donde los álamos temblones
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| tiemblan mientras ascienden-
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| Las colinas verdes se elevan a azul
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| En el borde de la tienda, giraremos
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| Y oferta cariño ädieu "
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| Todo lo que sé que es verdad
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| Es el toque de tu mano en mi piel
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| Una mirada tuya puede calmar tan fácilmente
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| Toda esta confusión dentro
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| Mientras bailamos mejilla con mejilla
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| Con nuestros pies tan completamente
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| Encerrado en un tiempo propio
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| me detengo a hablar
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| Pero suavemente me mantienes
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| Moviéndose al compás de la canción
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| Y en una voz que es descuidada con ginebra
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| Tú dices, «deja que el mundo gire»
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| me voy a buscar un rio moribundo
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| Y llegar a un acuerdo con ella, diré
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| Te doblaré en dos y te llevaré
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| Para lugar donde fluirán sus cabeceras
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| Limpia hasta la boca"
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| A cambio pediré un pequeño santuario
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| Por sus bancos donde viviremos
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| Con nuestra pequeña familia
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| ella regará nuestro jardín
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| Y limpiar la suciedad de nuestra piel
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| Mientras el mundo clama a nuestra puerta
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| Bailaremos y no los dejaremos entrar |