| Mientras cuento mis acciones de anoche
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| Los druidas se sientan conmigo, los guerreros también
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| Mientras cuento mi lucha impía
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| Era tarde en el día cuando caminé con mis hombres
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| Estábamos cazando jabalíes y queridos
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| Una figura solitaria se acercó, preparamos nuestras espadas
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| Me puse en pie y preparé mi lanza.
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| Cuando se acercó, noté que su bastón
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| Y la cruz que colgaba de una cadena
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| Debajo de su túnica estaban las marcas de la iglesia.
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| «¡No hay nórdicos ni daneses!»
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| «Bendito seas» fueron sus palabras para mí
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| Dentro de mí creció una furia
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| Habló una vez más de la trinidad de mentiras
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| Y la paz que su iglesia podría otorgar
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| "¡Suficiente!" |
| Ladré a este desperdicio de carne
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| Como lo obligué a bajar al suelo
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| «Sé quién eres y por qué estás aquí
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| Y este santo engaño que propones.»
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| «Estás aquí para destruir a la trinidad
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| Y para difundir tus mentiras católicas
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| Para violar a nuestra Diosa Eriu
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| ¡Y para oscurecer nuestros cielos paganos!»
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| «Eres enviado por nuestro enemigo Victricius
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| En el nombre de Jesús, el Cristo
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| Para difundir la falsedad de Constantino
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| Que permaneció pagano toda su vida.»
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| «No habléis de la iglesia ni de Roma
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| No me muestres la luz que sigues
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| No me envenenes con tu tomo bíblico
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| Tus enseñanzas son vacías y huecas.»
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| «Aquí no se han presentado carros ni leones
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| ni inquisiciones para torturar y mutilar
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| Escucha mis palabras cuando digo que morirás
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| Y mis tierras permanecerán sin cambios.»
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| Me reí mientras atravesaba su malvado corazón.
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| Y apagó su vida tan irrelevante
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| Otro hombre santo muerto en una cruz
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| Venid, hombres de la tela, a vuestro fin |