| Desde la decepción y la desesperación
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| La vanidad de las esperanzas declaran
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| Desde que se arrojó sobre este inquieto principal
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| Me esfuerzo contra el viento y las olas en vano
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| Cuanto más lucho por la orilla
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| Las desgracias abruman más
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| Entonces, dado que lucho por mantener
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| Y esfuérzate por vivir en vano
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| No espero más, ya que lo probé y lo intenté.
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| La débil luz que una vez proporcionó
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| Parecido pero a un rayo de vela
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| Que solo arde para morir
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| Y dejar uno perdido en la noche sin fin
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| (Mis locuras pero expuestas a la vista)
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| Luego vienen las desgracias como lo harás
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| Las opresiones se hunden, aún bajamos
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| Apresúrate a la desesperación e insta a mi destino
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| Y todo lo que acecha a los miserables venga
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| El destino de mi corazón borra todos los miedos
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| Estoy resuelto a dar el paso
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| Oh tú gran Ser que resides
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| Muy por encima de donde el éter se desliza
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| Cuyo poder todopoderoso ojo penetrante
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| Marca todo en la tierra en el aire y el cielo
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| ¿Quién a menudo (tal cuidado deberíamos alabar)
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| Este grano de arena llamó a las encuestas mundiales
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| Ni lo considere indigno de tu cuidado
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| Hombres vanidosos tan inútiles como nosotros
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| Quien con manos liberales otorga
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| Tu misericordia guía aquí abajo
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| Y mientras nuestros pecados se multiplican
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| Como montañas amontonadas ante ti yacen
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| Tan detestable, tan tentado de castigar
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| Y luego bendecirnos disfrazados
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| Para defraudar nuestros esquemas inquietos
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| Nuestras aireadas esperanzas y sueños tontos
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| es solo para probar el espectáculo vacío
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| O pintar la felicidad debajo
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| Oh tú que escuchas la llamada desdichada
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| Tú, amigo universal de todos... |