| Desde lo alto de una iglesia en una colina
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| Hasta la punta de un ala de libélula
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| Del brillo de un capó de cabina
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| A un diamante brillante dentro de un anillo
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| Que fue usado a través de dos guerras mundiales
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| De una sonrisa que se eleva aunque sea vieja y desgastada
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| Y dos ojos azules para siempre parecen fríos
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| El sol siempre me está cegando con su luz
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| El día siempre se esconde detrás de la noche.
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| Y queriendo que todos estén bien
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| Sigue cegándome con su luz
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| Desde el resplandor de un semáforo en rojo
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| Al borrón de una rueda de bicicleta
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| Desde el destello de una lente de cámara
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| A una luz fluorescente que enciende y muestra
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| Alguien dejando una nota de despedida
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| De una pluma de acero y reflejo de esperanza
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| Y tomó algunas palabras para darle una serenata, así que el sol siempre me está cegando con su luz.
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| El día siempre se esconde detrás de la noche.
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| Y querer que todos estén bien
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| Sigue cegándome con su luz
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| De un fuego que arde en el pozo más oscuro
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| De una cueva tan esclavizada
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| Puedo oírla gritar, puedo decir
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| Este pájaro solo quiere ser libre
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| Así que déjala libre
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| Y si este mundo alguna vez te dejara frío
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| El sol siempre me está cegando con su luz
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| El día siempre se esconde detrás de la noche.
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| Y queriendo que todos estén bien
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| Sigue cegándome con su luz
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| El sol siempre me está cegando con su luz
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| El día siempre se esconde detrás de la noche.
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| Y queriendo que todos estén bien
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| Sigue cegándome con su luz |