| A medida que la mente comienza a cantar
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| El latido del corazón se hunde en un silencio muerto
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| Las ondas sónicas se alinean en una
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| A medida que se abre el canal
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| La musa de plata se hace cargo
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| Almas susurrantes rodean mi silla
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| Sus colas de capa giran en espiral en el suelo
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| El ojo de la tormenta justo debajo de mis pies
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| El ojo de la tormenta justo debajo de mis pies
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| El zumbido eléctrico me devora
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| Abajo
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| Ser uno con uno mismo
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| Se siente como desatar un ejército entero
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| Capa tras capa
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| dibujo la materia y el vacio
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| Los olvido de la nada
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| Camino hacia las puertas cerradas por el yo
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| Miro al otro lado para encontrar mi camino
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| no lo dudo
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| solo voy
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| ¿Es al revés la única forma verdadera de ver?
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| Los dedos se convierten en rayos de luz.
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| Perforando la materia oscura
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| Con la curiosidad del niño perdido en mí
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| Estos tentáculos deslumbrantes se elevan por encima
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| Buscando la verdad para agarrarlos y mantenerlos apretados como vinos en las paredes
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| cuando cae un rayo
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| Me aseguraré de agarrarme aún más fuerte
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| Que mis uñas raspen un poco de inmenso
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| Suficiente para iluminar todo mi cuerpo con ella
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| Solo entonces aceptaré la derrota.
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| Y mientras cae
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| Que el sonido de mi disolución
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| Sé tan glorioso como el parpadeo del colibrí
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| El atisbo de un ojo
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| Es donde yace la totalidad
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| Lo robaré de la garra del tiempo
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| Lo mantendré vivo en mi memoria
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| Como un lapislázuli en mi santuario
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| Para resonar durante años
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| Como una campana en la distancia
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| Donde las colinas son devoradas por el más ancho de los océanos
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| Lecciones del pasado
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| Son orbes lanzándose en una esquina
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| Que la vista los atrape cuando lo necesiten
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| Como los cuentos de fantasmas no deben olvidarse |