| Tienes tu pendiente de oro de 24 quilates en la nariz.
|
| Veinticuatro años y todavía no sabes de qué lado sopla el viento.
|
| No tienes... no tienes
|
| Ya sabes cuando la violencia de la enfermedad
|
| Desear a tus padres.
|
| Te conseguiste una chica con cara y voz de puta.
|
| No quieres un teléfono.
|
| Pero, ya no sabes por qué te matas.
|
| No tienes... no tienes... no tienes... no tienes
|
| No eres un alma rebelde si te rasgas la piel
|
| No eres un alma rebelde con la bota en la espinilla
|
| No eres un alma rebelde, es tu propia oportunidad de luchar
|
| Eres igual que esos gordos viejos bastardos que odias sin alma.
|
| Te llamas a ti mismo rebelde pero llamas a ese hombre negro como ellos
|
| Te llamas rebelde pero mujer como ellos
|
| Te llamas rebelde pero no hablas, actúas, caminas y meas como ellos.
|
| No tienes espacio, ni alma, ni salida, ni teléfono
|
| Entonces, ¿qué tienes? |
| ¿Un Dios al que orar?
|
| No tienes… no tienes… no tienes
|
| No eres un alma rebelde si le escupes a tu hermana
|
| No eres un alma rebelde con la bota en la espinilla
|
| No eres un alma rebelde, es tu última oportunidad de luchar
|
| Eres igual que esos gordos viejos bastardos que odias sin
|
| Te llamas a ti mismo rebelde pero llamas a un hombre negro como ellos
|
| Te llamas rebelde pero menosprecias a tu mujer como ellos
|
| Te llamas rebelde, pero violas, planeas y mientes como ellos.
|
| No tienes mujer, ni canción, ni drone
|
| Entonces, ¿qué tienes, un Dios a quien orar?
|
| No tienes... no tienes... no tienes... no tienes
|
| No eres un alma rebelde si te rasgas la piel
|
| No eres un alma rebelde con la bota en la espinilla
|
| No eres un alma rebelde, es tu propia oportunidad de luchar
|
| Eres igual que esos gordos viejos bastardos que odias sin
|
| No tienes… no tienes… no tienes |