Bajo el viejo roble oscurecido
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Suave en la brisa de la noche
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Me detengo y miro, descanso un rato
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Con las manos sobre mis rodillas
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A través de hojas hastiadas, arbustos y matorrales
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Veo el final de mi viaje
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Negro se cierne, penumbra silenciosa
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El castillo llamado Avend
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En trote, más allá de los ojos del bosque
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Pasados horrores de la noche
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A través de la oscuridad, veo una señal
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Una luz suave y brillante
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Al llegar al castillo subo la hiedra
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hacia la ventana
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Mi corazón late, mi respiración es acelerada
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Mientras lucho contra ladrillos y ramas
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La cornisa es mía y encima la barro
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Silencioso como la nieve
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Tranquilo, me deslizo por el piso pulido
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Esta noche cenaré con la casualidad
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(El Loto Azul, una leyenda, pensé un mito
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Viejos poemas e historias desaparecieron)
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Una belleza de lujuria inimaginable
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Tanto los corazones de los hombres como los dioses fueron ganados
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Piel como la leche, cara de ángel
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Dicen que su sonrisa podría matar
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Su pelo el más negro de todos los negros
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Historias que pensé, sin embargo, todavía
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Así que allí yacía durmiendo sobre la cama
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(Medio cubierto por sedas fantásticas)
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Su pecho veo, se mueve con sus sueños
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Una vista que siempre recordaré
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Una sola vela que muestra el camino
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(A través del bosque, el río y las colinas
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Brilla sobre esa hermosa piel
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Sombras bailando alrededor de las paredes)
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Más cerca me arrastro, hacia mi premio
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El loto azul yace ante mí
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Sus labios están llenos, rojos como la sangre.
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Húmedo como me invitan
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Me agaché para besar esos labios
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En esa habitación resplandeciente
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Cuando de repente ella se despertó
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Sus ojos llenos de fatalidad
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De sedas, sus manos estaban alrededor de mi cuello
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Escape no habia esperanza
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Un destello de dientes es todo lo que vi
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Y se fue mi garganta
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Su sed de sangre profunda, me tragó
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Rojo fue todo lo que vi
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Ella bebió hasta saciarse y me vio caer
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Suavemente al piso
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A una legua de distancia se encuentra mi muerte
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Por los lugareños que cuidan esta tierra
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Quien me acostó en tierra poco profunda
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Un solo loto colocado en mi mano |