| Cada día nace la luz
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| Del cuerpo de la noche estoy arrancado
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| En el resplandor de la mañana iluminada por el sol, me arrojan
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| Así que hago lo que puedo
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| Con un corazón que late y mis propias manos
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| Y una sed de entender este espectáculo
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| Y en los pasillos la escucho cantada
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| La juventud se desperdicia en los jóvenes
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| Y estas son palabras que pueden pesar una tonelada, ¿sabes?
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| Pero un día sabrás lo que significaron
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| Cuando te preguntas a dónde se fue la maravilla
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| Y todo el mundo se hunde como una piedra
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| Somos los afortunados
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| Ustedes, madres, hijas, ustedes, padres, hijos
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| No envejeces antes de tiempo
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| Somos los santos rodillos
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| ¿Quién lleva este peso sobre nuestros hombros?
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| Y sacar lo mejor de la vida
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| Cada noche cuando la oscuridad amanece
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| Y de los problemas del día me atraen
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| En el consuelo de la canción tranquila que crece
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| En todo lo que escucho y veo
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| Y a través del humo en el aire respiro
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| Y sobre brazos que me cubren como en casa
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| Y en las calles donde se oye decir
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| Nuestras últimas esperanzas han estado muertas hace mucho tiempo
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| Eso es solo el ruido que suena en tu cabeza, ¿sabes?
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| Somos los afortunados
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| Ustedes, madres, hijas, ustedes, padres, hijos
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| No envejeces antes de tiempo
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| Somos los santos rodillos
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| Tomamos este peso sobre nuestros hombros
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| Y sacar lo mejor de la vida |