| Te alejas en un amargo crepúsculo esparciendo la nieve que sostenía
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| Imágenes angelicales en nuestros recuerdos borrosos de la infancia
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| Escapando cada cuando, quien o por que
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| Los ojos de ébano desaparecieron
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| Ya no puedo soportar esto, ya que se deleita en mi miseria
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| Si tan solo no me importara, sonreiría y agitaría alegremente mi mano para despedirme
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| Mis posesiones se han ido, no tiene sentido continuar
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| Nuestras tontas intenciones construyeron mis planes futuros
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| No puedo avanzar ni retroceder
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| Estoy atrapado en un momento de muerte para siempre
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| Más... Me balanceo aquí para siempre
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| Hasta que la encantadora Gaia se queme hasta el centro
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| Me encontrarás en la horca
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| Duermo junto a la horca en completa soledad que solía apreciar
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| Pero ahora mis visiones son claras y los signos solares en una colina nebular
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| Arroja un lucero del alba caído justo detrás de mí y suspira:
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| «no sentirás nada, es solo un gran alivio
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| Así que ábrete las venas con esto»
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| Vete a las orillas silenciosas
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| ¡Brillar! |
| Este es el fin del mundo
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| Toda la belleza se ha perdido y también todo lo que alguna vez aborreciste
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| Y levanto la mirada con los ojos vendados
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| Una pesadilla de acabar con mi vida se convierte en parte de
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| Esta alegría miserable de la realidad
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| Para vender mi fortuna
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| Para dejarlos a todos atrás
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| Para ocultar todos los rastros como nunca existí
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| Nada permanece irrelevante en estas turbias cámaras...
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| Cámaras de agonía oscuras y lúgubres
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| Una cruel reunión de tragedias nos conduce a los paisajes oníricos
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| Donde alimentan la cuerda por nuestros cuellos
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| No hay pies en este suelo sólido sino una silueta flotante
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| Contra el sol poniente
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| Por gravedad, la fuerza vital fluye lentamente
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| Es silencio en la horca otra vez |