| El último hombre en pie en nuestra siniestra farsa
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| bajo los arcos desmoronados de nuestra sala de juegos falsificada
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| Se arrodilló noblemente ante nosotros
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| Cantó la de nuestro salvador. Lo dejamos girando platos ensangrentados.
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| Sobre su hoja rota
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| Ese es solo el peso del mundo
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| Hacemos lo que debemos para salir adelante
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| Ese es solo el peso del mundo
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| Los débiles y los cansados nunca sobrevivirán
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| Ese es solo el peso del mundo
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| Hacemos lo que debemos para mantenernos con vida
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| Ese es solo el peso del mundo
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| Todos seremos los débiles y los cansados en algún momento
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| Una mujer silbando una canción de cuna herida
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| Y predicando el dolor a cada transeúnte desprevenido
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| La conocíamos mucho antes de esto.
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| Ella prometió retratos de nosotros
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| Le cortamos la garganta mientras espera que la pintura se seque
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| Ese es solo el peso del mundo
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| Hacemos lo que debemos para salir adelante
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| Ese es solo el peso del mundo
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| Los débiles y los cansados nunca sobrevivirán
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| Ese es solo el peso del mundo
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| Hacemos lo que debemos para mantenernos con vida
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| Ese es solo el peso del mundo
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| Todos seremos los débiles y los cansados en algún momento
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| Y en la distancia aquí gemidos melancólicos
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| Los olvidados tienen la costumbre de cobrar préstamos
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| Ese es solo el peso del mundo
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| Hacemos lo que debemos para salir adelante
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| Ese es solo el peso del mundo
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| Los débiles y los cansados nunca sobrevivirán
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| Ese es solo el peso del mundo
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| Hacemos lo que debemos para mantenernos con vida
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| Ese es solo el peso del mundo
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| Todos seremos los débiles y los cansados en algún momento |