| Fue en una noche fría de invierno,
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| Cuando el viento soplaba a través del páramo salvaje.
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| Cuando María llegó vagando a casa con su hijo,
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| Hasta que llegó a la puerta de su propio padre.
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| Padre querido padre ella lloró,
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| Baja y abre la puerta.
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| O el niño en mis brazos perecerá y morirá
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| De los vientos que soplan a través del páramo salvaje.
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| ¿Por qué dejé este lugar justo,
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| Donde una vez fui feliz y libre,
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| Ahora estoy sintonizado para vagar sin amigos ni hogar,
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| Y nadie que se apiade de mí
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| Pero su padre era sordo a sus gritos,
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| No oyó ni un sonido de su voz.
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| Entonces el perro guardián aulló, y las campanas del pueblo repicaron,
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| Y el viento sopló a través del páramo salvaje.
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| Oh, cómo debe haberse sentido el anciano,
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| Cuando llegó a la puerta a la mañana siguiente,
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| Y encontró a María muerta pero el niño aún vivo,
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| Estrechamente agarrado en los brazos de su madre muerta.
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| Enfadado, se arrancó los cabellos grises.
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| Y las lágrimas por sus mejillas se derramaron.
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| Cuando vio cómo esa noche ella había perecido y muerto.
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| Del viento que soplaba a través del páramo salvaje.
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| En el dolor, el anciano languideció,
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| Y el niño se fue pronto a su madre.
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| Y nadie dicen que ha vivido eso hasta estos días
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| Y la cabaña a la ruina se ha ido.
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| Pero los aldeanos señalan el lugar,
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| Donde el sauce se derrama sobre la puerta.
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| Diciendo allí María murió una vez que un pueblo gay encuentra,
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| Del viento que soplaba a través del páramo salvaje. |