| Las estaciones chocan entre el blanco y el negro
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| Mientras el invierno te domina y te abraza fuerte
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| Los ecos me arrastran a través de un paisaje intacto
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| Donde algunos nunca irán
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| Persiguiendo avalanchas a través de campos de nieve
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| Como animales tan libres para vagar
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| (Como animales tan libres para vagar)
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| Sostenido bajo el agua, viendo subir los reflejos
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| Entre aguja y cordel de desentrañar noches que sostenían el cielo
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| El hilo sigue y sigue y los copos de nieve empiezan a caer
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| Pero si lo perseguimos, nos perderemos ante la llamada del invierno.
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| A través de los árboles donde la luz se divide
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| Caminamos hacia una puerta que conduce al compromiso
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| Nunca preguntar por qué
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| Dijeron que no sigas el hilo de invierno
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| Pero ya somos demasiado extranjeros
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| Dice que conoce nuestra situación, pero sus palabras se enfrían.
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| Granizando sobre nuestros techos, con cada hogar crece
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| Nos retiraremos a los defectos donde nuestros corazones nacieron, se abrieron y quedaron expuestos
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| Porque basamos nuestros sueños en la realidad como falsos tontos que se desvanecen
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| Floral en flor, pero nuestros pétalos no tienen espacio para estirarse
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| Perdiéndolos a todos en la penumbra
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| Nuestras ropas están andrajosas y nuestra salud es mala.
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| Cada hogar ha cerrado sus puertas
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| Y las ventanas cubren cualquier esperanza de hogar o calor
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| Nuestras suelas doloridas no pueden continuar por mucho tiempo, nuestros pies están ampollados y desgastados
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| ¿Cuánto dura el camino?
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| Si nadie nos ayuda, pronto nos iremos
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| A través de los árboles donde la luz se divide
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| Caminamos hacia una puerta que conduce al compromiso
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| Nunca preguntar por qué
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| Dijeron que no sigas el hilo de invierno
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| Pero ya somos demasiado extranjeros
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| Volvamos a los días en que los vientos soplaban a través de nuestros huesos de diamantes
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| Porque si nos movemos podemos rompernos y rompernos
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| como pobres muñecas de porcelana
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| Golpeando nuestros talones en la puerta esperando que nos dejes entrar
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| Con rostros de alabastro que se pliegan sobre sí mismos de punta a punta
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| Las cuerdas que atan y unen bailan sobre nuestras cabezas
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| Un tango de títeres que pretenden cortar los hilos
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| Manteniendo sus cuerpos en sus camas
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| A través de los árboles donde la luz se divide
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| Caminamos hacia una puerta que conduce al compromiso
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| Nunca preguntar por qué
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| Dijeron que no sigas el hilo de invierno
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| Pero ya somos demasiado extranjeros
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| Volvamos a los días en que los vientos soplaban a través de nuestros huesos de diamantes
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| Porque si nos movemos podemos rompernos y rompernos
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| como pobres muñecas de porcelana
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| A medida que el invierno te reina |