| Para no olvidar nuestro amor, ¿debo implorar una señal?
|
| Preguntaría por ti, pero querida, ya no eres tuya
|
| Ni pido una flor de tu cabello dorado
|
| El olvido, amada, no es más que mi único jugador
|
| Oh, qué triste sensación, cuando la alegría que pronto se desvaneció
|
| ¡No se apresure a desaparecer, sino que permanezca siempre aquí!
|
| Cuando a través de las tetas la vida para vagar se ha escrito, parece
|
| Un sueño hecho de sombra, una sombra hecha de sueño
|
| No importa cuando muera, este o algún día después
|
| Mi deseo está fuera de la mente de todos para morir
|
| Y olvidas el sueño que nuestros dos corazones enamoran
|
| Cuando vuelvas, amado, a los años pasados
|
| Deja que en las profundidades de la sombra mi memoria se vaya
|
| Como si en medio de nuestro amor no hubiéramos sabido
|
| Un canto de lamento dentro de las frías paredes de campana
|
| Para rogar por mí llorando la paz del tiempo sin fin
|
| Como si esas horas de maravilla en realidad no las viviéramos
|
| Que te amo tan profundamente querida, ¿puedes perdonar?
|
| Mi rostro se volvió hacia el desierto me dejaste solo
|
| Y frío bajo mis párpados mis ojos se han convertido en piedra
|
| Y cuando por fin el suelo de la muerte mi cuerpo reclama
|
| Entonces, ¿quién me conocerá o sabrá de dónde vengo?
|
| Deja que en las profundidades de la sombra mi memoria se vaya
|
| Como si en medio de nuestro amor no hubiéramos sabido
|
| Un canto de lamento dentro de las frías paredes de campana
|
| Para rogar por mí llorando la paz del tiempo sin fin
|
| Mientras tanto... ¿deberían arrojar mi cuerpo a la alcantarilla?
|
| Aún así, eso sería mucho mejor que lo que sufro ahora.
|
| A lo lejos surge una bandada de cuervos
|
| Y oscurecer todos los cielos ante mis ojos ciegos
|
| Más allá del margen empinado de la tierra, comienza un huracán
|
| Arrojando al mundo mi polvo y al viento mi corazón
|
| Sin embargo, como en primavera la flor, permaneces mientras
|
| Con ojos tiernos y sonrisa húmeda y tierna, infantil
|
| Tan un niño, pero cada día parece más joven crecer
|
| Y de mi destino no sé nada como yo tampoco sé nada
|
| Mi rostro se volvió hacia el desierto me dejaste solo
|
| Y frío bajo mis párpados mis ojos se han convertido en piedra
|
| Y cuando por fin el suelo de la muerte mi cuerpo reclama
|
| Entonces, ¿quién me conocerá o sabrá de dónde vengo?
|
| Mientras tanto... ¿deberían arrojar mi cuerpo a la alcantarilla?
|
| Aún así, eso sería mucho mejor que lo que sufro ahora. |