| ya no recuerdo ni olor ni color
|
| Ese ramo de rosas que te di,
|
| Sólo el dolor de la pérdida, pero un delgado rayo de luz
|
| Y el mar de tus lágrimas cuando me fui.
|
| Coro:
|
| No llores, Natalie, olvida esta noche
|
| Nos vemos, ay, en las lejanas costas.
|
| Tanto desearé y anhelaré nuestro encuentro,
|
| Orad por mí con conciencia y temor.
|
| En París, la misma marcha y hasta las mismas rosas,
|
| Y la música suena desde cada ventana.
|
| Casa de empeño abandonada, preguntas innecesarias,
|
| Créeme, no necesito libertad sin ti.
|
| Coro:
|
| No llores, Natalie, olvida esta noche
|
| Nos vemos, ay, en las lejanas costas.
|
| Tanto desearé y anhelaré nuestro encuentro,
|
| Orad por mí con conciencia y temor.
|
| Y ahora Moscú es un restaurante barato,
|
| Dejado en pie desde aquellos tiempos muy jóvenes.
|
| Tu eres un hada de la magia, y yo soy un simple carterista
|
| Sí, pero ahora no es Víctor, sino Víctor.
|
| Coro:
|
| No llores, Natalie, olvida esta noche
|
| Nos vemos, ay, en las lejanas costas.
|
| Tanto desearé y anhelaré nuestro encuentro,
|
| Orad por mí con conciencia y temor. |