| Un día de mayo en que me pesaba el aburrimiento
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| Vivir mi vida dejando lo que me oprime
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| Dejé todo sin pena sin arrepentimiento
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| Dado que viajar da forma a la juventud
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| A los curiosos les respondí:
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| - Destino desconocido
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| tomé el primer tren
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| quien se fue en la mañana
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| Por casualidad en el tren
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| habia una chica muy buena
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| Cómo el destino me cuida suavemente
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| Ella estaba en mi compartimiento
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| El tren que rodaba hacía un alboroto infernal
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| En el banco de madera estuvimos bastante mal
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| Y cuando tomé su mano, hablando en voz baja
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| Más rápido que el tren fue el latido de mi corazón
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| En un tono encantador, ligeramente burlón.
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| En un instante tomé su corazón
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| Entonces propuso muy galantemente:
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| Ven conmigo al vagón comedor.
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| Bajo el primer túnel bien apretado la apreté
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| Debajo del segundo túnel se robó un beso
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| Luego nos bajamos en una estación desconocida.
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| Esconder nuestro amor en un rincón escondido
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| cosa rara
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| Una mañana por casualidad
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| Ella debe haberse levantado con el pie izquierdo.
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| Ella me dijo: - ¡Vete! |
| — Yo de uno
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| un trago
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| Salté de la cama, me vestí
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| Lo dejé, lo perdí todo.
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| Destino desconocido
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| Tomé el primer tren que salió en la mañana
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| queria llorar no me sentia bien
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| Cómo el destino me cuida suavemente
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| Ella había regresado a mi compartimiento.
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| El tren que rodaba hacía un alboroto infernal
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| En el banco de madera estuvimos bastante mal
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| Y cuando ella tomó mi mano para hacer las paces
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| Justo contra mi hombro se inclinó
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| Yo era tan bueno, no dije nada
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| Interesado dejándome borracho
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| lo estaba escuchando
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| y probé
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| Las palabras muy dulces que ella susurró
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| Bajo el primer túnel bien apretado la apreté
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| Debajo del segundo túnel se robó un beso
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| Luego nos bajamos en una estación desconocida.
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| Esconder nuestro amor en un rincón escondido
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| Desde ese día nunca nos separamos
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| Se volvió tan simpática que supo mantenerme |