| Puedo ver que le has echado el ojo a este viejo vaquero,
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| y puedo decirte que nunca has tenido uno para ti,
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| O nunca has estado cerca de uno,
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| ahora estás pensando que has encontrado uno,
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| Bueno, podría ser un poco divertido llevarlo a casa.
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| Te ríes cada vez que digo que sí, señora
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| y tengo este sentimiento si te sostuve fuerte,
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| Estarías viendo en él y en ella,
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| botas con hebillas y espuelas,
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| Pero ese es un sentimiento que superarás de la noche a la mañana.
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| Porque qué vas a hacer con un vaquero
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| cuando ese gallo viejo canta al amanecer,
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| Cuando él está acostado allí en su lugar,
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| de levantarme de la cama
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| y poniéndose las botas y saliendo,
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| ¿Qué vas a hacer cuando él diga cariño?
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| Tengo la mitad de la mente para quedarme,
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| ¿Qué vas a hacer con un vaquero?
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| cuando no ensilla y se marcha.
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| Puedes ver que se necesita un tipo especial de mujer
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| a poner con la vida que lleva un vaquero,
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| Porque sus botas siempre están embarradas,
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| y sus amigos bebedores de cerveza
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| acampará en tu sofá y nunca se irá,
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| Ni siquiera empieces a pensar que lo vas a cambiar,
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| sería mejor que intentaras atar el viento,
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| Lo que ves es lo que tiene,
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| y no puede ser lo que no es
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| y cariño, puedes esconderlo de tus amigos. |