| En la noche todos los espejos se callaron
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| Y los relojes tocaron acorde con la lluvia
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| Una tormenta barrió con tal violencia
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| Los muertos se levantaron para quejarse
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| Las estrellas estaban mal cruzadas como el clima
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| Perdido en su capa de betún
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| Los ángeles estaban en guerra, resbaladizos con esfuerzo
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| Cayendo como lágrimas a través del humo espeso
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| La sangre redime, el cielo desgarrado
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| Una inundación de almas grita en el trueno rodante
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| La sangre redime, el cielo desgarrado
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| Ella se despierta de los sueños apenas tres pies bajo tierra
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| «Victoria, vengo a reclamar mi premio
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| Robando del convento debajo de la ira de los cielos hirvientes
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| Porque aunque untaste la palma de Satanás
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| Con esos muslos de plata iluminados por la luna
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| Sabía que la bestia tomó el segundo lugar
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| Cuando te miré a los ojos
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| Tus ojos engañosos
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| lleno de mentiras
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| Y los adioses perdidos
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| Y serpientes silbando revelaciones
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| Tus ojos engañosos
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| Dicen lo suficiente
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| De como me enamore
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| Con la diosa arrastrándose profundamente dentro de ti"
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| Y con el tumulto sobre él rugiendo
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| Isaac buscó su tumba poco profunda
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| Mientras un relámpago atravesaba la sombría lluvia torrencial
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| Volvió a golpear la tierra santificada
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| Habiendo desgarrado el suelo como un hombre loco
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| lanzó sus puños al cosmos venenoso
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| Y de ese pozo de vergüenza
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| Él llevó el ataúd de su lote lamentable
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| Neath árboles cuyos aleros estaban anudados con podredumbre
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| A través de las puertas ornamentadas de la capilla, desbloqueadas
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| Para astillar su sarcófago
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| Y contemplar su rostro
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| Victoria…
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| «Victoria, vengo a reclamar mi premio
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| Robando del convento debajo de la ira de los cielos hirvientes
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| Porque aunque untaste la palma de Satanás
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| Con esos muslos de plata iluminados por la luna
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| Burlándose de los rosarios
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| Sus necesidades nunca rivalizarán con las mías.
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| Recuerdo un día de verano
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| La luz del sol bañaba tus cicatrices penitenciales
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| Mientras me sentaba y lavaba la sangre
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| Ahora tu cuerpo se queda
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| Y la frialdad de tus labios
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| Eclipse
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| Como el primer beso verdadero del invierno"
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| Suspirando por los muertos
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| En el suelo de piedra extendido
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| Ella brillaba a través de su mortaja sinuosa
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| Una luna en medio de los locos, este hijo de Adán había
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| Un regalo para la monja joven y guapa.
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| Un collar hecho de serpientes entrelazadas
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| Dos lenguas ilícitas de oro
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| Él la puso en su garganta
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| Donde la cuerda se había retorcido
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| Estaba ardiendo en el horno
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| De su deseo despertado
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| Él luchó con la tentación
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| Estar o incumplido
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| La desvistieron para ovación.
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| Su forma suntuosa, la tormenta reveló
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| Y con su lujuria impulsada explotando
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| Sus pestañas rozaron sus mejillas
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| Parpadearon con vida, sus extremidades se envolvieron
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| Ronroneando, lamiendo los dientes malvados
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| «Victoria, vengo a reclamar mi premio
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| Robando del convento debajo de la ira de los cielos hirvientes
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| Porque aunque untaste la palma de Satanás
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| Con esos muslos de plata iluminados por la luna
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| lo has dejado solo por mi
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| Lo veo en ojos engañosos
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| Esos ojos engañosos
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| lleno de mentiras
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| Y los adioses perdidos
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| Y serpientes silbando revelaciones
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| Esos ojos engañosos
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| Dicen lo suficiente
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| De como me enamore
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| Con la diosa resucitada en ti" |