| La Fiesta de los Locos, 1308
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| Mientras enero se deslizaba en las garras del invierno
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| Una correa de cuero apretada alrededor de la garganta del destino
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| En medio del rebaño, la enfermedad y la demencia
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| La noche estaba arruinada más que nunca
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| Con gritos de lujuria y obscena aventura
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| Y escenas de libertinaje crudo
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| La oscuridad se despertaba con cada beso
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| Y todos los que cayeron bajo su hechizo
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| Fueron un mal paso del abismo
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| Un mal paso desde el abismo
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| Pueblo sagrado allí en la Feria de Todos los Santos
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| Temía a los templarios y a su reina.
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| Para Lilith comparada con una pesadilla real
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| Cuando ella dirigió su tempestuoso
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| sueños febriles
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| La bestia andaba suelta y fiesta de belleza
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| A los horrores de esta puta sonora
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| Una seductora, Medusa
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| Un Hecate congelado clonado
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| Robando semilla, aquí las necesidades eran como un cáncer
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| Creciendo más fuerte con cada perro lloriqueando
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| Arrodillados ante ella, trece nigromantes
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| Llamado desde las arenas del desierto a esta tierra de oportunidades
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| La oscuridad se despertaba con cada beso
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| Y todos los que cayeron bajo su hechizo
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| Fueron un mal paso del abismo
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| Un mal paso desde el abismo
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| El amor fue drogado por un copioso vendedor
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| Un tren de sirvientes para aquí juegos decadentes
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| Ronroneando sobre alfombras en fugas de esplendor opiáceo
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| Vana Lilith extendió sus alas de nuevo
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| Estrellas, jadearon y cometas en ovación
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| Encendió las torres, su sola presencia declaró
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| Miran con lujuria, desesperación y veneración
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| Para la Diosa esparcida desnuda allí
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| El ojo pintado de la tormenta
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| Plagas de pecado, jugadas para ganar
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| Todos los corazones y almas en la esclavitud
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| A ella abrazada, sus fatales caprichos
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| Deseo destinado a conquistar todo
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| Hasta ese fatídico día de 1308
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| Con una fuerza bendecida por los Reyes del Odio
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| Enfrentando el invierno gris para desintegrarse
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| Una vez salas nobles
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| Los aldeanos en una horda beligerante
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| Hijas cargadas avivando llamas
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| Rosa como pilares para su Señor militante
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| Pensamientos de matanza arengando venas calientes
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| Asaltaron el fuerte más allá del bosque
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| Cuando el aullido estalló al filo de la medianoche
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| Muchos perdieron la cordura en lo que lucharon
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| En medio de esas paredes, el credo de la demencia
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| Aniquilado por el puro peso de la oleada
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| Pasados a espada, librados de su calentura
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| La gran propiedad fue entregada directamente a la iglesia.
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| De Lilith, ningún miembro se clasificó entre los muertos
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| Pero que ella bebió la sangre de muchos hombres
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| Esa noche oscura se dijo |